¿Hemos evolucionado? Claro que sí, pero eso no es suficiente, tenemos que dejar de conformarnos o justificar actitudes de ese tipo con "es que son épocas diferentes, él creció con esa idea". Cuando me dicen eso yo respondo: 'ah muy bien, entonces es hora de que aprenda otra cosa'. https://youtu.be/LmahF_gW39M?list=PLGsF4QfCJgJl7xDQMdG0cX3TaH8GA7TD8 Lee también ¿Somos un país sin memoria? – Editorial de Toma el Control Tengo una hermana mayor que siempre fue una princesa, la niña de vestidos y muñecas. Yo, era una princesa a mi modo: con carritos, "piquis" y overoles usando todo el pelo hacia atrás. Eso no me hacía menos niña, solo que tenía otros gustos. Mis papás lo entendían y siempre nos inculcaron que nadie debía decirnos que por ser mujeres debíamos hacer solo una cosa o dejar de hacer otras. Mis papás, en especial mi papá, rechazaban que nos dieran juguetes de planchitas, cocinita, estufita, delantal y hornito. Alguna tía insistía en que yo no debía verme así. Me regalaba coches de bebé que yo veía como prácticos para meter mis carritos y juguetes por toda la cuadra. ¿Por qué les cuento? Porque esa educación empieza en casa, desde bebés nos dan una única opción: ser niña es de rosados; los niños usan azul.
La sociedad siempre nos encasilla en que como mujeres debemos ser esto y no aquello. Hay trabajos para hombres, no para mujeres. ¡Lo triste es que aún pasa!
¿Cómo muestran a las mujeres en la publicidad de nuestros medios de comunicación? Como las señoras de pantalón caqui y camisa azul que buscan la fórmula para que salga la mancha de tierra de las medias de los hijos; las que cantan con el trapero en la cocina extasiadas por el fantástico olor que expele el líquido que limpia esas baldosas. Está también el otro extremo, ese no ver a una marca de ropa con una modelo de mujer promedio. Todas deben ser las "buenonas y exuberantes" para mostrar lo sexy que es ese estilo y no otro. ¡Hasta nos venden pantalones para levantar la cola! Porque es así que los hombres nos prefieren y no de otra forma. No nos pueden reducir a ser titulares que involucran feminicidios, victimas, maltrato y abuso. Seguimos en la batalla para que esos actos sean firmemente castigados y nos apoyen, nos escuchen. Agradezco enormemente que como sociedad hayamos cambiado. Ahora podemos decir que hay mujeres hablando de fútbol, mujeres en importantes cargos; mujeres liderando países, dando la pelea desde la política. (Canal Trece está bajo el liderazgo de una mujer)
Soy mujer de 30 años. Me casé hace 5 y mi marido plancha, cocina y lava mejor que yo. Tengo 30 años y me siento orgullosa de ser jefe de un equipo de noticias. Ser presentadora de un espacio que defiende a la audiencia y en el que creo profundamente.
Si hemos avanzado tanto como sociedad no sobra decir que ahora también nosotras debemos ser solidarias. Debemos apoyarnos, sentirnos orgullosas y llegar lejos no por ser mujeres, por ser humanos con igualdad de condiciones. ¡Es desafortunado pero muchas veces, entre nosotras, nos damos muy duro! Olvidamos todo lo que logramos, la fortaleza que ningún hombre tiene, que a nosotras nos sobra. Como mujeres debemos seguir sintiendo orgullo de lo que somos y de lo que seremos. El camino hasta ahora empieza y no nos han regalado nada, todo ha sido ganado con mucho trabajo. Así que desde su casa sea rosado, sea azul, sea del color que le guste y recuerde que solo usted puede definir qué es y de lo que es capaz. Mujeres, no suelten el control. Adriana Álvarez Uribe