Nos encanta el entretenimiento. Editorial #TomaElControl. ¿Será que se entiende por cultura el reflejo de lo que se ve en las novelas? ¿El sueño de superación es ser narco porque eso es ser 'echao' pa' lante? ¿Creemos que esos personajes de realities son "normales" como nosotros y por eso ver su desarrollo nos identifica? Son muchas las preguntas que me dan vueltas. Le pregunto a amigos, conocidos, colegas (periodistas) y me dicen: "¡Eso es lo que hay!". Tal vez a mis 29 estoy vieja al creer que los niños disfrutarían de espacios como 'Naturalia' o 'La brújula mágica', pero como los recuerdo con cariño creo que eso construye, educa y ya no se le apuesta a espacios así. ¡Triste, pero hay remedio!. Puede que el problema no esté en lo que la gente quiera ver sino en aquello que le ofrecen. Los canales olvidaron el propósito final de la televisión como servicio, esto es la educación junto con un entretenimiento adecuado, para mirar solo el ámbito comercial, obtener ganancias y cautivar un público con solo violencia y aspectos escabrosos de la vida, propagando no los valores, sino la parte negativa del ser humano, haciendo una apología de la misma que la gente ve porque es lo único que le suministra. ¡Pero ojo! Esto no quiere decir que a las personas no les interesa el conocimiento y la formación humanista si es bien manejada por el respectivo medio. Es reprochable que programas muy exitosos fundados en la cultura general de las personas y que tuvieron un altísimo número de televidentes, porque no sólo hacían recordar el conocimiento sino se aprendía, sean anécdotas del pasado, de esa conversación de sala de la casa en la que se habla de las "buenas épocas de la televisión" y todos tienen la fórmula para arreglar el país. Ejemplos que nunca pasarán de moda: 'Cabeza y cola', 'Quién quiere ser millonario', Compre la orquesta', 'Naturalia', entre otros. Un bonito abanico que bien podría replicarse para hacer de la televisión un espacio mejorado, que construya y eduque. No voy a salir con el discurso de "es que yo soy solo cultura y noticias. Jamás veo novelas ni realities", porque no es cierto. Tan es así que molesto en mi trabajo diciendo la emblemática frase de un 'protagonista de novela': "yo no vine a hacer amigos". También saco mi lado cruel burlándome de algunos de los participantes de espacios en los que parecerse a un famoso, cantar y tener "talentos", es condición. Así las cosas debo admitir que caigo un poco en lo que hay, y creo que ese deber ser de la televisión, como se planteó en 1954 con el entonces mandatario, General Rojas Pinilla, y que quiso replicar lo que vio maravillado en Alemania, su primer encuentro con la pantalla chica, se queda corto. La tele como escenario de desarrollo y conocimiento, debe fortalecerse, porque SÍ EXISTE y la parrilla de canales como Canal Trece, son la prueba de ello.