Muchas veces damos por sentado que nuestro cuerpo siempre nos va a funcionar como un reloj: que vamos a caminar, saltar, correr o bailar como si no hubiera un mañana o juramos que vamos a poder escribir, cargar, empujar, pelear o hacer signos con nuestra mano (cof cof), pero ¿realmente tenemos conciencia de las partes de nuestro cuerpo? Si alguna vez en la vida te has roto un hueso, sabes de lo que te hablamos. Esta va por ti compañero que estuvo o estás enyesado, vendado, en muletas o con alas.
Esta es una playlist de música que busca ponerte a mover el esqueleto mientras te contamos datos divertidos y curiosos de las partes de tu humanidad.
Cráneo
Nuestro cráneo y cara tienen 29 huesos, y solo en nuestro rostro tenemos 14 que guardan, como una cueva, los ojos, la nariz y la boca. En algún lugar de este mapa, se encuentra ese lugar tan mentado por nuestros padres y madres: el mascadero. Un beso a él, donde quiera que se encuentre.
‘Aunque es de piedra, y su cabeza es piedra’ – Lope de Vega
“Aunque es de piedra, y su cabeza es piedra,
y sobre piedra fuerte está fundada,
y con sangre por ella derramada de
tantos huesos su cimiento en piedra”
Tronco
Si nuestros pies no pudieran moverse tal vez seríamos árboles con bocas y a cada palabra pronunciada volarían once hojas. Tal vez veinte, si son palabrotas. Pero como este no es nuestro caso, nuestro tronco tiene su encanto y hay que reconocer su papel como sostén de este costal de huesos, órganos y agua. De hecho, la primera vértebra que soporta el cráneo, se llama Atlas en honor al titán mitológico que fue condenado por Zeus a cargar sobre sus hombros los pilares que separan la tierra del cielo.
‘Camp-fire’ de Alfonsina Storni
“El tronco
se hizo llama
En la noche
de invierno.
Cien cabezas
humanas
tintadas
de rojo
anillaron
el fuego.
De una boca
cualquiera
brotó el hilo
del canto.”
Vientre
El intestino tiene más neuronas que la espina dorsal y es autónomo del Sistema Nervioso Central, y es posible que sea más inteligente que muchos de nosotros. ¿Has pensado en cuánta basura vertes en él?, Y esos ruiditos que, muchos pensamos, son signo del hambre de las tripas y del alma, en realidad son los sonidos limpiadores de un sistema que se gobierna solo aunque su dueño no sepa mandar.
‘Sonetos III’ de Octavio Paz
Del verdecido júbilo del cielo
luces recobras que la luna pierde
porque la luz de sí misma recuerde
relámpagos y otoños en tu pelo.
El viento bebe viento en su revuelo,
mueve las hojas y su lluvia verde
moja tus hombros, tus espaldas muerde
y te desnuda y quema y vuelve yelo.
Dos barcos de velamen desplegado
tus dos pechos. Tu espalda es un torrente.
Tu vientre es un jardín petrificado.
Es otoño en tu nuca: sol y bruma.
Bajo el verde cielo adolescente,
tu cuerpo da su enamorada suma.
Extremidades
¿Alguna vez se te ha dormido una pierna o un brazo y has sentido ese cosquilleo incómodo y has comenzado a golpearla tratando de que reaccione o se ‘despierte’? Si es así te contamos que la mejor manera de quitar esa sensación en el brazo es girar tu cabeza de un lado a otro, y en la pierna o un pie, lo mejor es caminar por unos minutos. Y pensándolo bien, tiene su lógica: no puedes despertar algo que no tiene cerebro.
Primavera madre -Juan Ramón Jiménez
“¡Madre mía, tierra,
otra vez más verde,
más plena, más bella!
(y yo, mientras, hijo
tuyo, con más secas
hojas en las venas).
¡Madre mía, tierra,
sé tú siempre joven,
y que yo me muera!
(y tú, mientras, madre
mía, con más frescas
hojas en las piernas).”
Si quieres entender los misterios del sonido, no te pierdas La ciencia de la música, sábados y domingos a las 11:30 a.m.
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