No solamente el cine o la industria editorial son quienes han vivido la amenaza de las plataformas de distribución digitales que hoy en día se han vuelto tan populares. La industria musical es posiblemente una de las más afectadas y lo que es peor no son los distribuidores quienes reciben el mayor golpe, son los artistas, aquellos a quienes admiramos y escuchamos una y cien veces.
Las plataformas de streaming se han convertido en un imperio en el negocio de la música; todos esos viejos CDs que en alguna época atesorábamos con recelo, han sido remplazados y eclipsados por las suscripciones a plataformas como Spotify, Deezer y Apple Music e incluso hoy en día, estas empresas son mucho más rentables que la misma industria musical en general.
Foto: Superlitio en concierto La Hamburguesería – María Alejandra Villamizar Assaf / Canal Trece
"Aunque estas nuevas plataformas ofrecen servicios que son mucho más económicos para el bolsillo de los usuarios, es indudable que también han generado un cambio importante en la estructura de las ganancias de esta industria, haciendo que, incluso para los artistas, sea cada vez más difícil llegar a fin de mes", asegura el periodista Lake Schatz, quien escribió al respecto en el medio digital Consequence of Sound.
Lo que esto ha generado de unos diez años hacia acá es que los músicos han tenido que convertir las giras y conciertos en su principal fuente de ingresos económicos. De acuerdo a un amplio reporte de Citigroup, el ingreso total de la industria musical fue en 2017 de cerca de 43 billones de pesos del cual los artistas y músicos únicamente recibieron el 12% a pesar de que su trabajo es esencial para el universo musical.
¿A dónde se va el resto del dinero? Según el mismo reporte una gran porción de todo lo que entra en la industria musical se queda en los intermediarios, aquellos que se encargan de los servicios de distribución como las emisoras radiales, las plataformas online y los sellos discográficos, por supuesto.
Foto: Radiohead en concierto en Bogotá – María Alejandra Villamizar Assaf / Canal Trece
12% puede sonar muy poco, pero la verdad es que comparado con el porcentaje del año 2016 en el que los artistas recibían tan solo el 7% parece haber un gran crecimiento que se debe en gran medida al hecho de que los artistas se están avocando cada día más al negocio de la música en vivo.Sin embargo, aunque esta nueva oportunidad puede ayudar un poco a que los artistas se mantengan a flote, no es exactamente la opción más viable pues ha generado consecuencias que afectan a los artistas en otros aspectos, sobre todo en lo relacionado con la salud mental.
De hecho, artistas como James Blake, músico electrónico británico, abrió una discusión sobre la depresión y los pensamientos suicidas, relacionados en muchos casos con el arduo trabajo que implican las giras. Por otro lado, el vocalista de Passion Pit, Michael Angelakos también habló recientemente en contra de los peligros que significa la ausencia de apoyo de parte de la industria musical a los artistas que se han visto obligados a vivir en un avión, “El riesgo asociado a ser un artista comercial que se embarca en lo que significa el lanzamiento de un álbum, con las giras eternas, estuvo a punto de matarme” aseguró Angelakos.
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Adicionalmente a estos desoladores hallazgos, Citigroup incluyó en el reporte algunas posibles soluciones para la desigualdad en la economía de la industria musical que incluyen acuerdos entre las distribuidoras, los promotores de los conciertos y las plataformas online que podrían beneficiar a los artistas.
Es posible que esta historia ya la hayamos escuchado antes y que no sea sorpresa que los músicos sean relamente los grandes perdedores de la industria musical y sin embargo, estudios como este nos hace preguntarnos sobre el futuro de las artes, en este caso, no solamente de la música sino de todos aquellos que están siendo invadidos por las plataformas digitales.