Una amenaza silenciosa para millones de personas
Cada 19 de septiembre, el mundo conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre la Mordedura de Serpiente, una fecha establecida para llamar la atención sobre un problema de salud pública que, aunque no siempre recibe la visibilidad necesaria, afecta a más de cinco millones de personas cada año, principalmente en comunidades rurales de Asia, África y América Latina.
Las mordeduras de serpiente son una emergencia médica grave: pueden provocar amputaciones, discapacidad permanente y, en muchos casos, la muerte si no se recibe atención inmediata. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 138.000 personas mueren cada año por esta causa, y muchas más quedan con secuelas físicas y psicológicas.
El problema del acceso a los antivenenos
Uno de los principales retos en la lucha contra este flagelo es la falta de acceso a tratamientos adecuados, en especial a los antivenenos. En muchas regiones rurales, los centros médicos no cuentan con estos medicamentos, y los pacientes deben recorrer largas distancias para encontrar ayuda. En ese camino, el tiempo juega en contra: cada minuto que pasa después de la mordedura reduce las posibilidades de recuperación.
Además, el alto costo de los antivenenos y las dificultades para su producción en países en desarrollo hacen que muchas veces resulten inaccesibles para las comunidades más vulnerables.
Educación y prevención, claves para salvar vidas
La prevención es tan importante como el tratamiento. Conocer los comportamientos de las serpientes, aprender a identificar especies venenosas y tomar medidas sencillas como usar botas de caucho en zonas rurales o mantener limpios los alrededores de las viviendas puede reducir significativamente el riesgo.
En este día también se resalta la necesidad de capacitar al personal de salud en el manejo de estos casos, ya que una atención rápida y adecuada puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Un problema de salud pública olvidado
A pesar de su gravedad, las mordeduras de serpiente han sido catalogadas durante años como una “enfermedad tropical desatendida”. Esto significa que no reciben la atención, investigación ni financiación suficiente para su prevención y tratamiento. Sin embargo, en 2019 la OMS lanzó una estrategia mundial con el objetivo de reducir a la mitad las muertes y discapacidades por mordeduras de serpiente para 2030.
Esa meta implica un compromiso conjunto de gobiernos, organizaciones de salud y comunidades locales. Entre las acciones propuestas se incluyen: mejorar la producción y distribución de antivenenos, reforzar los sistemas de salud rurales y aumentar la inversión en investigación científica.
El papel de las comunidades
En países como Colombia, donde existen especies venenosas como la mapaná, la cascabel y la coral, la educación comunitaria es fundamental. Organizaciones sociales y ambientales realizan talleres en veredas y zonas selváticas para enseñar cómo actuar en caso de una mordedura y cómo evitar encuentros con serpientes.
Es importante recalcar que las serpientes cumplen un papel clave en el equilibrio ecológico, pues controlan poblaciones de roedores y otras plagas. Por ello, este día no solo busca hablar de los riesgos, sino también promover el respeto por la biodiversidad.
Una fecha para reflexionar y actuar
El Día Internacional de Concienciación sobre la Mordedura de Serpiente es más que una efeméride: es un llamado urgente a la acción. Cada vida perdida por la falta de un antídoto o de atención médica es una tragedia evitable. La meta global es clara: garantizar que las comunidades más alejadas puedan acceder a tratamientos efectivos y que el conocimiento salve tantas vidas como sea posible.
En conclusión, esta conmemoración nos recuerda que la salud pública no debe olvidar a quienes viven en las zonas más vulnerables. Combatir las mordeduras de serpiente es un reto que combina ciencia, educación, solidaridad y compromiso.




