Foto: Pxhere
‘La puerta de la Amazonía’, así se conoce a este departamento, que limita con la Cordillera Oriental y el intenso verde del Amazonas. Un destino ideal para los viajeros que buscan conectarse con la naturaleza.
El río Caquetá, en donde convergen las fuentes de agua que nacen en la Cordillera, es el más caudaloso del departamento y permite a los navegantes apreciar sus aguas amarillas, pero siempre cristalinas; tan exóticas como sus paisajes.
Seleccionamos cinco lugares perfectos para hacer ecoturismo:
Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos
El parque toma su nombre de los guácharos, aves que habitan en cuevas oscuras y profundas en el día y salen de noche a buscar alimento – tal y como lo hacen los murciélagos-.
Foto: Gregory «Slobirdr» Smith- CC BY-SA 2.0
El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos fue la primera área de Colombia declarada parque nacional en 1960 y pertenece a la Reserva de la Biósfera Cinturón Andino, declarada por la UNESCO en 1979.
Los visitantes pueden practicar actividades como senderismo, camping y espeleología. En este lugar, es posible observar algunas de las 300 aves de la reserva y apreciar la belleza del río Suaza.
Parque Nacional Natural Cordillera de los Picachos
Rodeado por un variado mosaico de ecosistemas, que incluyen desde las selvas húmedas del piso térmico cálido hasta páramos.
Se encuentra en la Serranía de los Picachos, en donde nacen fuentes hidrográficas que alimentan los ríos Orinoco y Amazonas. El Salto de la Mica es una de estas fuentes, con 100 metros de altura y una increíble belleza natural.
Allí, además, es posible observar especies como la danta de páramo, el mono choyo, el pato de torrentes y gran variedad de reptiles.
Parque Nacional Natural Sierra de Chiribiquete
Es el área protegida más grande del sistema de parques naturales de Colombia, con una extensión de 2’782.354 hectáreas.
Al encontrarse situado al occidente de la Guayana venezolana, es posible ver una gran variedad de hábitats y especies de flora y fauna.
Los visitantes podrán ver especies como el jaguar, el tapir y el águila arpía, además de apreciar fuentes hidrográficas como los ríos Apaporis, Mesay y Yarí.
Y para los amantes de la historia, el parque también cuenta con más de 36 abrigos rocosos y cerca de 250.000 dibujos de arte pictórico rupestre. ¡Unas verdaderas joyas arqueológicas!
Foto: Carlos Castaño Uribe- (CC BY-SA 3.0)
Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi-Wasi
Tiene una extensión de 76.270 hectáreas y cuenta con ecosistemas, desde los bosques altoandinos, bosques andinos y bosques subandinos; así como seis cuencas: Fragua Grande, Sabaleta, Fragüita, Yurayaco, Fragua Chorroso y Pescado, que permiten el almacenamiento de aguas lluvias en la montaña.
El parque cuenta con una amplia variedad de mariposas, hormigas y aves, gracias a sus ecosistemas.
Este lugar ha sido hogar de grupos indígenas (los inganos) pertenecientes a la «cultura del yagé»,cuya tradición es reconocida en los departamentos del Caquetá, Amazonas y Putumayo.
Foto: J. Davis Rorer- CC BY 2.0
Parque Nacional Natural Serranía de los Churumbelos Auka-Wasi
Si quieren hacer avistamiento de aves, este, sin duda, es un lugar imperdible. En este parque, se encuentra el 26,3% del total de aves del país, es decir 461 especies.
Además, el lugar es habitado por la etnia Yanacona, quienes ven a la tierra desde una perspectiva sagrada, como su «madre»; por lo que los visitantes, además de tener la oportunidad de conectarse con la naturaleza, podrán conocer las tradiciones de esta comunidad indígena, que lleva cerca de 30 años en el territorio.
Foto: Pixabay