A 20 minutos en canoa por el río Guaviare de la capital del departamento, se encuentra el principal set de grabación de la familia Romero Peralta: la finca donde cultivan y cosechan maíz, plátano, yuca y crían gallinas. Y todo esto lo sabe quienquiera que haya visitado su canal en Youtube, porque ellos son, oficialmente, los primeros youtubers campesinos del Guaviare, aunque cuando comenzaron, ni ellos mismos lo sabían.
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La idea de lanzarse a mostrar sus vidas y su labor vino del hijo menor, Edison Peralta de 21 años quien, en vista del difícil 2020 y que la virtualidad le hizo detener sus estudios de mercadeo en la Universidad de los Llanos, pensó que debía hacer algo para ayudar a la familia. “Y ahí nace la idea de los productos, de algo que represente lo que somos nosotros, que siempre hemos sido del campo”, explica.
Ese era uno de los objetivos, pero el otro era más personal: mostrarle al mundo el esfuerzo que han hecho sus papás para criarlo a él y a sus dos hermanos y hermana. “Otro objetivo era que las personas vieran que no es fácil la vida en el campo y que cuando uno vende sus cosas no es porque las encontró a la vuelta de la esquina, sino porque hubo días de trabajo detrás de todo eso”.
Entonces, comenzó a publicar algunas fotos e imágenes de sus días, pero no le dijo nada a sus padres. “Cuando empecé no les dije nada a ellos, lo hice a escondidas. Yo tenía unas fotos de ellos en el celular y creé las páginas y todo eso”, recuerda Edison.
Eso fue a principios de septiembre de 2020 y, aunque tenía material, pronto comenzó a escasear. “Cuando me quedé sin fotos, ahí fue que les tuve que decir a ellos qué era lo que estaba haciendo… Y cuando les dije no les gustó. Me dijeron que qué iban a decir, que eso lo miraban a uno por allá y otras cosas. Pero les dije: ¿qué van a decir? Si los que nos conocen ya saben quienes somos y en qué trabajamos. Además no es nada malo, simplemente contar lo que hacemos”. Además, las redes sociales podrían ser una oportunidad para mejorar la distribución de sus productos. Y así los convenció para montar el primer video en Youtube.
“El segundo video lo montamos como un mes después porque ellos no estaban acostumbrados”. Aunque ahora que lo ve, Edison identifica cosas que cambiaría de ese primer paso, como su duración, pero desde ese momento, ha ido mejorando la técnica, porque todo esto ha sido a punta de ensayo y error. “El objetivo ahora es empezar a montar más contenidos”, añade.
Para esto cuenta no solo con el permiso y la participación de Eliécer Romero y Clara Peralta, sus papás, sino con el apoyo en cámara de su hermana Luisa, “pero ahora a este trabajo hay que agregarle lo de la finca y lo de transformar los productos, que es el que toma más tiempo; también la comercialización, llevar a todos lados, envíos, consignaciones, compras…”.
Edison habla de transformar sus productos, porque ahora están convirtiendo en chocolate su cacao y están sacando extracto de noni, harina de plátano, de fariña y granola. Todos estos productos hacen parte de la marca familiar, con el que también bautizaron sus redes sociales: En el Campo RP. “Ahora toca ir pensando de forma empresarial, digámoslo así. El día a día es más ocupado, pero es gratificante sentir eso, porque uno hace lo que le gusta y pues a mí me gusta eso: compartir lo que hacemos”.
Ha sido gracias a estos nuevos canales que, aclara Edison, ahora han logrado atraer más clientes. “No perdemos lo de ir a la plaza de Mercado. Ha sido una forma de llegar a que muchas más personas nos conozcan, conozcan nuestros productos y lo que hacemos. Y la verdad nos ha ayudado bastante, porque incluso en la plaza del mercado hemos fidelizado clientes”, explica. No en vano, ya tienen más de 9.000 seguidores en su cuenta de Instagram.
Ahora, Edison debe pensar en regresar o no a sus clases presenciales de universidad, pero la respuesta no es clara. “En las redes yo soy el que los mueve a ellos y me dijeron, ‘si usted se va, ¿nosotros cómo vamos a seguir? No nos vamos a poner a hacer esto solos’. Ahí hay una disyuntiva bien dura”. Aunque aún no sabe qué camino tomar, Edisón sabe que aún tiene algo de tiempo y, como dicen sus vecinos: el campesino que el que no arriesga un huevo no tiene un pollo.
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