Lo primero que ve Alba Ossa cuando abre la puerta de su casa son árboles de guamo, matas de guadua y los ficus que rodean Ambiente y café, la tienda cafetera en San José de Isnos, Huila, por la que fue reconocida en el primer Premio Nacional ‘Mujeres Transformadoras de la Colombia Rural’, organizado por la Agencia Nacional de Tierras.
El pasado 8 de abril, una llamada interrumpió su rutina. Del otro lado del teléfono, le dijeron que había sido seleccionada como una de las primeras ‘Mujeres que labran la tierra con legalidad’ entre más de 80 postuladas, y que tendría cuatro días para alistarse para la ceremonia en Bogotá. Pero ella ni siquiera sabía de qué le hablaban.
Alba Ossa con su hija Fernanda y varias nietas frente a Ambiente y Café.
“Eso fue porque mi hija me postuló y yo no sabía y pues fue una sorpresa. Imagínese”, cuenta Ossa. “Cuando me llaman y me dicen que he ganado por mis historia y que tengo que viajar a Bogotá”. Entonces alistó maletas y el 14 de abril recibió el reconocimiento en una ceremonia organizada por los promotores del premio, la Agencia Nacional de Tierras (ANT), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Organización Internacional para las Migraciones – OIM y la Embajada de Canadá, la organización global, Mercy Corps y finalmente, la Universidad Sergio Arboleda.
“Yo nunca había pensado que iba a estar en medio de tanta gente importante y para mi fue un orgullo, pero me llené de nervios también», recuerda Ossa y suelta una carcajada. Esta mujer campesina, emprendedora y cafetera de toda la vida, aprendió este oficio de su padre desde el día que nació en Inzá, en el Cauca, hace más de cincuenta años.
Su familia se fue de Inzá cuando era muy joven y el resto de su infancia la pasó aprendiendo de cultivo de café en la vereda San Isidro, municipio de Acevedo en el Huila. En este departamento se enamoró y se casó con Hernando Vargas, «el mejor papá y abuelo que pude dar a mi hijas y nietas y que hoy, desde el cielo, nos sigue ayudando a crecer todos unidos». Con Hernando consiguieron, desde 2002, la finca cafetera en San José de Isnos, Ambiente y café, con la que sacaron adelante a sus cuatro hijas. «»
“Tenemos esta tienda, para ser más sostenibles, porque el café solo se produce dos veces al año. La primera mitad da entre mayo y junio. Luego uno da una esperita como hasta septiembre y octubre y solo hasta diciembre vuelve a haber producido café” explica Ossa.
En algunos pases de recolección, Alba y Fernanda Vergas (una de sus hijas), hacen un proceso de fermentación y secado del grano, luego envían el café a maquilar en Pitalito, donde se muele, trilla, se pesa, se tuesta y se empapa para, finalmente, regresar a Ambiente y café donde, cuenta orgullosa Alba, atiende una de las hijas de Fernanda, su nieta.
“Ella es la que maneja la máquina y solo tiene 16 añitos. Es un orgullo para Fernanda como mamá porque ella emprendió con Ambiente y café, y también para mi, que soy la abuela, es algo que no me cabe en la cabeza, porque hoy en día los muchachos no son de mucho arranque” afirma.
Junto a Alba, otras tres mujeres rurales y emprendedoras fueron reconocidas durante la ceremonia: Rosa Amalia Villada de Albán en Nariño compartió el premio con Ossa y Celis María Reyes, de Ovejas, Sucre y Olivia Balanta, de El Cerrito, Valle del Cauca, ganaron como ‘Mujer Protectora del Territorio’.
Todas sus historias de vida fueron recogidas en las 88 páginas del libro ‘Historias de vida: mujeres transformadoras de la Colombia rural’, también presentado durante la ceremonia. Pero todos estos reconocimientos, no nublan la visión de Alba Ossa, que tiene su futuro claro: “voy a estar toda la vida haciendo café, hasta que mi Dios se acuerde de mí. Yo me siento, con los años que tengo, todavía chiquita”.
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