Octubre es sinónimo de magia, misterio y diversión. Con la llegada de Halloween, las ciudades se transforman en escenarios llenos de luces, colores y creatividad que invitan a vivir experiencias diferentes. Este año, además de las fiestas y recorridos tradicionales, la moda y las redes sociales marcan una nueva tendencia: buscar spots fotogénicos para capturar el mejor contenido y apostar por disfraces urbanos, looks que mezclan lo cotidiano con lo fantástico.
Bogotá: escenarios para una foto de miedo
La capital colombiana ofrece múltiples lugares que se convierten en escenarios perfectos para tomarse fotografías durante la temporada de Halloween:
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La Candelaria: sus calles empedradas, faroles antiguos y fachadas coloniales hacen que cualquier disfraz luzca en un ambiente lleno de misterio y contraste histórico.
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Cementerio Central: cada año se convierte en un punto icónico para recorridos nocturnos cargados de leyendas urbanas. Ideal para fotos góticas y ambientaciones de terror clásico.
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Plaza de Bolívar: con su iluminación nocturna y arquitectura monumental, se transforma en un espacio imponente para selfies y retratos colectivos en medio de comparsas y disfraces.
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Monserrate de noche: además de su vista panorámica, la caminata o el teleférico permiten capturar imágenes espectaculares con Bogotá iluminada de fondo.
Spots alternativos en Cundinamarca
Quienes prefieren salir de la ciudad también encuentran escenarios naturales y urbanos ideales para Halloween:
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Guatavita y la Laguna del Cacique: rodeada de mitos y leyendas, la laguna es un escenario perfecto para looks místicos y disfraces inspirados en la naturaleza y las culturas ancestrales.
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Villa de Leyva (Boyacá, muy cerca de Cundinamarca): su plaza principal y calles empedradas son perfectas para sesiones de fotos con disfraces vintage o históricos.
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Nemocón y Zipaquirá: sus minas de sal iluminadas generan ambientes únicos para tomas espectaculares, donde lo urbano se mezcla con lo subterráneo.
Disfraces urbanos: la nueva tendencia
Lejos de los trajes tradicionales de brujas, vampiros o fantasmas, este año crece la tendencia de los disfraces urbanos: propuestas que combinan moda callejera con elementos de Halloween. Se trata de looks versátiles, fáciles de adaptar al día a día y pensados para fotos en redes sociales.
Algunas ideas que marcan la pauta:
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Dark street style: chaquetas de cuero, botas militares y maquillaje gótico, inspirados en personajes de terror pero con estética de moda urbana.
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Villanos urbanos: reinterpretaciones modernas de íconos del cine y la TV como el Joker, Harley Quinn o personajes de series de culto, pero con ropa cotidiana y accesorios llamativos.
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Disfraces minimalistas: camisetas estampadas, maquillaje creativo y detalles como guantes, gafas o sombreros que transforman un outfit básico en un look de Halloween.
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Híbridos fantásticos: combinar lo cotidiano con lo monstruoso: oficinistas zombis, baristas vampiros, skaters fantasmas. La idea es fusionar profesiones o roles urbanos con el toque de miedo.
La fotografía como parte de la experiencia
El auge de TikTok e Instagram convierte a Halloween en un laboratorio de creatividad visual. No se trata solo de disfrazarse, sino de crear narrativas a través de fotos y videos. Por eso, los spots fotogénicos y los disfraces urbanos son tendencia: ofrecen escenarios y atuendos que se ven bien tanto en la vida real como en las pantallas.
Además, muchos barrios y centros comerciales en Bogotá han dispuesto instalaciones temáticas y sets fotográficos que se convierten en el telón de fondo ideal para las familias y grupos de amigos que quieren inmortalizar la fecha sin necesidad de grandes producciones.
Un Halloween hecho de estilo y creatividad
Este 31 de octubre, más allá de las fiestas y los dulces, la invitación es a explorar la ciudad como un gran set de fotografía y performance. Desde las calles coloniales hasta los paisajes naturales, Bogotá y Cundinamarca ofrecen escenarios diversos que se combinan con la creatividad de los disfraces urbanos.
Halloween se vive en comunidad, pero también se comparte en redes. Y este año, el verdadero reto es encontrar ese balance entre lo tenebroso y lo estético, entre la tradición y la innovación, para crear un recuerdo que dure mucho más allá de la noche de brujas.