Un sector en transformación, entre tensiones políticas, ajustes financieros y la urgencia de garantizar atención oportuna.
El sistema de salud colombiano atraviesa en 2025 uno de los momentos más complejos y decisivos de las últimas décadas. En medio de debates legislativos, tensiones entre el Gobierno y las EPS, y un aumento en la presión financiera del sistema, el país enfrenta grandes desafíos para asegurar la sostenibilidad y la calidad de la atención en todo el territorio. Aunque no se vive un colapso generalizado, sí existe una situación de alerta que obliga a replantear procesos, corregir fallas y acelerar decisiones.
Presión financiera acumulada: el principal detonante
Los problemas financieros del sistema no son nuevos, pero en 2025 alcanzan un punto crítico. Entre los factores que más impactan están:
-
Aumento del gasto en medicamentos y tecnologías no incluidas en el plan básico.
-
Crecimiento de la población envejecida, que demanda más servicios, tratamientos crónicos y cuidados continuos.
-
Pagos atrasados a clínicas y hospitales, que arrastran deudas que superan los billones de pesos.
-
Dificultades de las EPS para cumplir con flujo de recursos, lo que afecta la contratación y la operación de la red de atención.
El Gobierno ha señalado que la estructura actual de aseguramiento tiene debilidades profundas. Las EPS, por su parte, sostienen que los recursos entregados por el Estado son insuficientes para cubrir las obligaciones.
Las EPS: entre reorganizaciones y controles
En 2025 varias EPS están sometidas a medidas de vigilancia especial, acuerdos de pago y procesos de reorganización. En algunos casos, el Gobierno ha asumido temporalmente la administración o ha ordenado traslados de usuarios a otras entidades para garantizar continuidad en el servicio.
Esta situación ha generado incertidumbre entre millones de afiliados, especialmente en zonas rurales donde la oferta de prestadores es limitada. Aunque el objetivo oficial es preservar la atención, los usuarios enfrentan demoras, represamientos en citas y dificultades para acceder a medicamentos.
Reforma en discusión: un sistema que busca redefinirse
La reforma a la salud sigue siendo uno de los debates centrales. Aunque el Congreso frenó varias propuestas durante 2024, el Gobierno insistió en ajustes normativos y en cambios operativos dentro del Ministerio de Salud. En 2025 el panorama se ha movido hacia una reforma por partes, enfocada en aspectos como:
-
Regulación del flujo de recursos.
-
Fortalecimiento de la atención primaria.
-
Cambios en la gobernanza del sistema.
-
Nuevos modelos de auditoría y control.
-
Formalización del talento humano en salud.
Aunque no existe un proyecto unificado de reforma estructural aprobado, sí avanza una agenda de ajustes que modifica gradualmente el funcionamiento del sistema.
Crisis en la red hospitalaria
Las clínicas y hospitales, públicos y privados, son los más afectados por el estancamiento del flujo de recursos. En 2025 muchas instituciones reportan:
-
Déficit para pagar nómina.
-
Dificultades para adquirir insumos médicos.
-
Congelamiento de inversiones en infraestructura.
-
Riesgo de cierre de servicios no rentables, como urgencias pediátricas o cuidados intensivos.
En algunas regiones, especialmente en la periferia del país, estas limitaciones se traducen en demoras críticas para diagnósticos, traslado de pacientes y acceso a especialistas.
Usuarios en el centro del problema
El impacto en la vida cotidiana de los colombianos se evidencia en:
-
Citas médicas programadas con semanas o meses de espera.
-
Demoras en cirugías e intervenciones de mediana y alta complejidad.
-
Dificultades para obtener medicamentos.
-
Saturación en servicios de urgencias.
-
Zonas rurales sin suficiente personal médico.
Aunque el sistema sigue funcionando, la percepción general es de un deterioro progresivo en la oportunidad y calidad del servicio.
¿Qué esperar para los próximos meses?
Los expertos coinciden en que 2025 será un año de definiciones clave. Las opciones sobre la mesa incluyen:
-
Una intervención fuerte del Gobierno para reorganizar el modelo de aseguramiento.
-
Ajustes financieros para mejorar el flujo de recursos hacia hospitales.
-
Mayor control sobre las EPS en problemas.
-
Avances en tecnologías digitales para mejorar seguimiento, auditoría y atención primaria.
Sin embargo, cualquier cambio debe hacerse sin afectar la atención de los 50 millones de colombianos que dependen del sistema.
Un sistema en tensión, pero con margen de corrección
El sistema de salud colombiano no está colapsado, pero sí se encuentra en una situación delicada que exige decisiones técnicas y políticas coordinadas. La prioridad es garantizar atención oportuna, proteger la red hospitalaria y asegurar que los recursos lleguen a quienes prestan los servicios.
2025 será un año determinante para saber si el país logra encaminar una reforma sostenible o si la crisis profundizará los problemas ya visibles.




