Cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, una fecha que busca recordar la importancia de un gesto tan simple como poderoso: lavarse las manos correctamente. Esta práctica cotidiana puede salvar vidas, prevenir enfermedades y fomentar una cultura de cuidado colectivo.
Un hábito que protege
El lavado de manos con agua y jabón elimina virus, bacterias y parásitos que pueden causar infecciones respiratorias, digestivas o cutáneas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta acción reduce hasta en un 40 % el riesgo de enfermedades diarreicas y en un 25 % las infecciones respiratorias agudas.
En contextos escolares, laborales o familiares, lavarse las manos antes de comer, después de usar el baño, al llegar a casa o al tocar superficies públicas es una forma eficaz de cuidar la salud propia y la de los demás.
Más allá de una rutina
La higiene no solo se limita al lavado de manos. También incluye hábitos como el cuidado del agua, la limpieza de alimentos y utensilios, y la correcta disposición de residuos. Estos gestos, aunque pequeños, contribuyen a prevenir brotes de enfermedades y a fortalecer la salud pública.
Promover la higiene es también promover educación, prevención y responsabilidad social. Cuando una comunidad adopta buenas prácticas de limpieza, mejora su calidad de vida y reduce la carga en los sistemas de salud.
Un compromiso colectivo
En Colombia, diferentes entidades de salud y educación realizan campañas permanentes para fomentar la higiene como una herramienta de prevención. Escuelas, empresas y hogares son escenarios clave para enseñar, desde temprana edad, la importancia de este hábito esencial.
El llamado es sencillo: lavarse las manos salva vidas. Invertir 20 segundos en esta acción puede marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad.




