Aurora Iglesias, nacida en el municipio de Curillo, Caquetá, es quizá la activista por los derechos de las disidencias sexuales y de género más visible de la Amazonía colombiana.
Su lucha de incidencia política ha sido contundente —como lo son su mirada y su voz—, desde que militaba en el movimiento estudiantil de la Universidad de la Amazonía, donde estudió y trabaja actualmente para mejorar las vidas de los estudiantes de comunidades históricamente marginalizadas. Y es que la vida la ha obligado a eso: ser una mujer trans, víctima del conflicto armado y defensora de derechos humanos en un departamento como el Caquetá, uno de los más violentos hacia las personas LGBTIQ+ de Colombia y uno de los más afectados por la guerra, la han empujado a incidir y expresarse con la rabia y hondura de las líderes territoriales que han tenido que romperlo todo para ser oídas. Pero también con la picardía venenosa y, como ella misma dice, “la furia de las travestis” que han debido abrirse un lugar propio a totazos en un entorno donde torcer las normas de la sexualidad y el género es tirarse una soga al cuello.
Aurora, más conocida en el país como Zunga, la perra roja, no le teme a nadie y, sin embargo, sabe que su vida está en constante riesgo. Pero ella aprendió a hablar duro. Y eso es lo que ha hecho durante toda su vida: hablar duro para cambiar su destino.
En este episodio de Magnífica Región Trece contamos su historia.