Cada año, entre finales de septiembre y mediados de octubre, el mundo se contagia del espíritu alegre y festivo del Oktoberfest, la celebración alemana más famosa dedicada a la cerveza, la música y la gastronomía. Aunque su origen se remonta al siglo XIX en Múnich, Alemania, esta tradición ha cruzado fronteras para instalarse con fuerza en distintas partes del planeta, incluyendo Colombia, donde cada vez más ciudades se suman a la fiesta con eventos que combinan cultura, diversión y sabores europeos.
El Oktoberfest nació en 1810 con motivo del matrimonio del príncipe Luis I de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. La boda se celebró con una gran competencia de caballos, comida, música y cerveza, y tuvo tanto éxito que se repitió año tras año, convirtiéndose en una tradición. Con el tiempo, el festival evolucionó hasta convertirse en la feria más grande del mundo dedicada a la cerveza, atrayendo a millones de visitantes a la ciudad de Múnich.
En Colombia, el Oktoberfest ha encontrado un público entusiasta que disfruta de la mezcla entre la tradición alemana y el toque caribeño y andino del país. Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Cartagena son algunas de las ciudades donde se realizan versiones locales del festival, que incluyen degustaciones de cerveza artesanal, música en vivo, gastronomía típica y concursos al mejor traje bávaro.
En Bogotá, por ejemplo, la celebración suele tener lugar en espacios al aire libre como el Club Bellavista de Colsubsidio o zonas de entretenimiento en el norte de la ciudad. Allí, los asistentes disfrutan de un ambiente familiar y festivo, con presentaciones de bandas de rock, pop y música alemana tradicional, además de una amplia oferta de cervezas nacionales e importadas. Las marcas artesanales aprovechan el evento para lanzar nuevas referencias y proponer maridajes con platos típicos como salchichas, pretzels, chucrut y codillo de cerdo.
El Oktoberfest de Medellín, por su parte, se ha consolidado como uno de los más grandes del país. Con escenarios musicales, concursos y muestras gastronómicas, combina la hospitalidad paisa con el ambiente bávaro, ofreciendo experiencias inmersivas para los amantes de la cultura cervecera. En Cali y Bucaramanga, el evento también ha ganado fuerza con propuestas locales que promueven el consumo responsable y el talento musical emergente.
Más allá de la cerveza, el Oktoberfest se ha convertido en una oportunidad para promover el intercambio cultural. Los organizadores suelen incluir actividades educativas, exposiciones y talleres sobre la historia y la elaboración de la cerveza, así como espacios para que las familias disfruten de juegos, ferias y actividades al aire libre. Esta combinación entre entretenimiento y aprendizaje ha hecho que el evento sea mucho más que una simple fiesta, convirtiéndolo en una experiencia cultural completa.
El éxito del Oktoberfest en Colombia refleja el auge de la cultura cervecera artesanal, que ha crecido notablemente en los últimos años. Pequeñas cervecerías locales han encontrado en el festival una vitrina ideal para mostrar su trabajo y conectar con un público cada vez más interesado en la calidad, los sabores y las historias detrás de cada bebida.
Asimismo, la celebración ha impulsado la gastronomía temática alemana, que se fusiona con ingredientes colombianos para crear versiones únicas de platos tradicionales. Desde los food trucks hasta los restaurantes especializados, el Oktoberfest se convierte en un punto de encuentro entre culturas que celebran la amistad, la música y el buen gusto.
En 2025, diferentes ciudades del país se preparan para vivir nuevamente el Oktoberfest con programación musical, muestras de cerveza artesanal y actividades para toda la familia. El evento, que combina lo mejor de la tradición europea con el entusiasmo colombiano, se consolida como una cita imperdible para quienes disfrutan del arte de la cerveza y de los encuentros culturales que promueven la diversidad y la alegría compartida.




