Los pueblos más lindos de Cundinamarca para recorrer y enamorarse

Colombia es un país de contrastes y Cundinamarca, con su diversidad de paisajes, cultura y tradición, se consolida como uno de los departamentos con mayor riqueza para el turismo. Más allá de Bogotá, su capital, este territorio está lleno de pueblos encantadores que conservan su arquitectura colonial, sus sabores típicos y su espíritu acogedor. Recorrerlos es una invitación a conocer la historia, disfrutar de la naturaleza y conectarse con la vida tranquila de la provincia.

Guatavita: el encanto de la laguna y la arquitectura blanca

Guatavita es quizás uno de los pueblos más visitados de Cundinamarca. Famoso por la laguna sagrada de los muiscas, también enamora a los visitantes con su arquitectura blanca y tejados de barro. Sus calles empedradas, plazas llenas de flores y miradores hacia el embalse de Tominé lo convierten en un destino imperdible. Es un lugar ideal para quienes disfrutan de la historia prehispánica y el turismo de naturaleza.

Zipaquirá: la capital salinera de Colombia

A menos de una hora de Bogotá, Zipaquirá es conocido internacionalmente por la Catedral de Sal, considerada la primera maravilla de Colombia. Sin embargo, este pueblo ofrece mucho más: un centro histórico bien conservado, casas coloniales y una plaza central que revive la época de la Colonia. Sus calles invitan a caminar despacio, degustar postres típicos como la almojábana o visitar sus museos que cuentan la historia de la sal y de los pueblos indígenas de la región.

Nemocón: historia, tradición y minas

Muy cerca de Zipaquirá se encuentra Nemocón, otro pueblo que deslumbra con sus minas de sal, menos conocidas pero igual de fascinantes. Allí se puede recorrer un túnel de más de 1.600 metros adornado con espejos de agua y luces de colores. El pueblo conserva un ambiente tranquilo, ideal para descansar, y su gastronomía típica incluye el famoso “piquete campesino”.

La Calera: montaña, naturaleza y miradores

Ubicada a pocos kilómetros de Bogotá, La Calera es uno de los destinos preferidos para quienes buscan escapar del ruido de la ciudad. Desde sus miradores se observa una vista panorámica de la capital y, al mismo tiempo, se disfruta del aire fresco de la montaña. Su gastronomía, especialmente las carnes a la brasa, y la cercanía con reservas naturales hacen de este pueblo un destino perfecto para planes de un día o fines de semana cortos.

Tocaima: el descanso termal

Conocida como “La Ciudad de la Salud” por sus aguas termales, Tocaima es uno de los destinos tradicionales de los cundinamarqueses. Su clima cálido, sus piscinas naturales y sus hoteles con servicios de relajación lo convierten en un sitio perfecto para el descanso. Además, conserva una historia colonial reflejada en sus iglesias y en la arquitectura de sus calles principales.

Anapoima: el pueblo de la eterna primavera

Ubicado en la provincia del Tequendama, Anapoima es famoso por su clima cálido y seco, que se mantiene durante todo el año. Es un destino ideal para el turismo de descanso y para quienes buscan disfrutar de piscinas, caminatas ecológicas y actividades al aire libre. El río Bogotá, que atraviesa parte de su territorio, ofrece paisajes imponentes y espacios para la contemplación.

Villeta: la capital de la panela

A solo dos horas de Bogotá, Villeta es conocida como la capital panelera de Colombia. Rodeada de montañas verdes, cascadas y balnearios naturales, es un lugar que combina aventura y tradición. Su feria de la panela atrae cada año a miles de visitantes, mientras que su oferta turística incluye deportes extremos, caminatas y visitas a trapiches donde se produce la panela artesanalmente.

Fusagasugá: flores y cultura

En el centro del departamento se encuentra Fusagasugá, famosa por su festival del Señor de los Milagros y por su riqueza agrícola. La ciudad también es reconocida como tierra de flores, con viveros y jardines que la llenan de color. Sus parques, iglesias y tradiciones culturales hacen de este municipio un lugar lleno de vida y diversidad.

Un recorrido para todos los gustos

Desde los pueblos fríos de la sabana hasta las cálidas tierras del Tequendama y el Magdalena Medio, Cundinamarca tiene destinos para todos los gustos. Cada municipio guarda una parte de la historia del país y ofrece experiencias únicas que van desde la contemplación de paisajes naturales hasta el disfrute de su arquitectura y gastronomía.

Visitar los pueblos más lindos de Cundinamarca es una oportunidad para redescubrir el patrimonio cultural y natural del departamento, apoyar las economías locales y vivir experiencias que reflejan la esencia de Colombia.

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