En el altiplano cundiboyacense está surgiendo una escena musical vibrante que mezcla tradición, rock, electrónica y nuevas fusiones. Aunque aún no cuentan con la visibilidad nacional que merecen, estas bandas están marcando el nuevo sonido andino contemporáneo.
Una de las propuestas más destacadas es el folk experimental que recupera instrumentos tradicionales de Boyacá y los fusiona con guitarras eléctricas y sintetizadores. Bandas jóvenes están reinterpretando ritmos como el torbellino y el bambuco, llevándolos a escenarios urbanos y festivales independientes.
Villapaz y Altos del Viento son referentes de esta nueva ola, explorando letras llenas de identidad regional y armonías que mezclan lo ancestral con lo moderno. También destaca Son del Frío, una agrupación que incorpora elementos electrónicos y paisajes sonoros de la región, creando presentaciones inmersivas.
En Tunja, Duitama y Sogamoso han surgido colectivos que organizan conciertos, encuentros artísticos y sesiones de grabación para impulsar a estas bandas emergentes. La escena del altiplano no solo está creciendo: está construyendo un lenguaje musical propio, capaz de conectar tradición y futuro en un mismo escenario.




