Subirse a TransMilenio sigue siendo una rutina diaria para millones de bogotanos, pero también un riesgo creciente. El robo de celulares continúa siendo uno de los delitos más comunes en el sistema de transporte, especialmente en las noches, cuando las aglomeraciones, el cansancio y la distracción se convierten en el escenario perfecto para los delincuentes.
Aunque la administración distrital y la Policía Metropolitana han reforzado la seguridad, las denuncias aumentan cada semana. Según reportes recientes, las estaciones Calle 100, Portal del Tunal, Ricaurte, Jiménez y Calle 72 son consideradas las más peligrosas o “tenebrosas” para los usuarios.
El horario crítico: entre las 6:00 de la tarde y las 11:00 de la noche, justo cuando miles de ciudadanos regresan a casa.
Calle 100: el punto más caliente del norte
En la zona norte, la estación Calle 100 se ha convertido en un foco de robos. Los hurtos ocurren principalmente durante las horas pico, cuando los buses van llenos y los empujones son constantes.
La modalidad más común es el cosquilleo, donde los ladrones, sin violencia aparente, sustraen el celular del bolsillo o la mochila en cuestión de segundos. También se reportan casos de “distracción compartida”, en los que un grupo llama la atención de la víctima mientras otro se apodera del dispositivo.
Portal del Tunal: caos en el sur
El Portal del Tunal, al sur de Bogotá, es otro de los puntos con mayor índice de robos. Allí, los delincuentes actúan principalmente en las filas de acceso y en los buses alimentadores, aprovechando el desorden y la prisa de los pasajeros.
Aunque hay presencia policial, los usuarios aseguran que los robos se dan en segundos. “Uno baja la mirada al celular y cuando se da cuenta, ya no lo tiene”, relata un usuario frecuente.
Ricaurte: el cruce más temido del sistema
En el corazón del sistema, la estación Ricaurte se ha ganado la reputación de ser una de las más peligrosas. Su estructura amplia y los múltiples corredores permiten a los ladrones huir con facilidad.
Los casos se concentran entre las 6:30 y las 9:30 de la noche, coincidiendo con el regreso del trabajo. A esa hora, el flujo de pasajeros es intenso, los buses están llenos y los delincuentes se camuflan fácilmente entre la multitud.
Jiménez: el centro, zona de cuidado
En pleno centro histórico, la estación Jiménez también es escenario frecuente de robos. Allí convergen miles de estudiantes, trabajadores y turistas que transitan por la zona comercial. Los delincuentes aprovechan los pasillos de conexión y las plataformas para actuar sin ser detectados.
La modalidad más reportada es el hurto dentro de los articulados, donde los celulares desaparecen en medio del movimiento y el ruido.
Calle 72: la nueva estación en alerta
Aunque no figuraba antes entre las más afectadas, la estación Calle 72 ha ganado notoriedad por los robos recientes. Su ubicación estratégica, cerca de oficinas y universidades, la convierte en un punto de alta movilidad donde los delincuentes operan entre las 7:00 y las 10:00 de la noche.
Qué hacer y cómo prevenir
Las autoridades recomiendan no usar el celular en las plataformas ni dentro de los buses, mantener los bolsos al frente y activar el registro del IMEI ante los operadores móviles. En caso de hurto, se debe denunciar inmediatamente para que el dispositivo quede bloqueado a nivel nacional.
TransMilenio ha incrementado el número de cámaras, el patrullaje de policías y los puntos de control, pero los expertos insisten en que la prevención individual sigue siendo clave.
Seguridad y cultura ciudadana: una tarea compartida
Calle 100, Portal del Tunal, Ricaurte, Jiménez y Calle 72 son hoy las estaciones más riesgosas del sistema. Aunque el panorama puede parecer desalentador, los usuarios pueden contribuir siendo más cuidadosos, denunciando los casos y evitando la normalización del delito.
En Bogotá, cada celular robado no solo representa una pérdida material, sino también la evidencia de un reto mayor: recuperar la confianza en el transporte público y en la convivencia urbana.




