La Cabrera nació en Buenos Aires en 2002, en una esquina del barrio Palermo, cuando el chef argentino Gastón Riveira decidió transformar la tradición del asado porteño en una experiencia gastronómica integral. Su objetivo era claro: elevar la parrilla clásica a un concepto más sofisticado, cuidando cada detalle del servicio, el ambiente y la calidad de la carne. Ese espíritu hizo que rápidamente se convirtiera en un referente de la cocina argentina.
El éxito local impulsó una expansión internacional que llevó la marca a varios países de América Latina, Europa y Asia. Con cada nueva sede, La Cabrera mantuvo su esencia: cortes premium, técnica de parrilla tradicional y una experiencia sensorial que mezcla aromas, texturas, ambiente y servicio.
En Colombia, La Cabrera abrió su primera sede en Bogotá, en la Zona G, donde rápidamente se posicionó como una de las mejores propuestas de parrilla argentina del país. Desde entonces, su presencia en la gastronomía colombiana no ha dejado de crecer, y recientemente amplió su experiencia al Caribe con una nueva sede en Cartagena, ubicada en pleno Centro Histórico. Esta expansión refleja la consolidación de la marca y su capacidad para adaptarse a públicos diversos sin perder su identidad porteña.
La reputación de La Cabrera se ha construido con constancia: atención personalizada, cortes de alta calidad, una propuesta conceptual sólida y una experiencia integral que va más allá del plato. La marca no solo exportó un estilo de cocina, sino una filosofía basada en la excelencia y el valor de compartir una buena parrilla.




