Colombia se consolida como una potencia mundial en la producción y exportación de fajas y ropa de control. Según ProColombia, el país es el primer exportador en América Latina y el segundo a nivel global en este segmento, con ingresos superiores a US$54 millones en 2024, equivalentes al 12% de las exportaciones de productos de vestir.
De acuerdo con el DANE, durante el año pasado el país exportó más de 1.300 toneladas de fajas. En el mercado interno, Bogotá concentra el 31% del consumo, seguida por Medellín (24%), Cali (18%) y Barranquilla (12%).
Entallarte lidera el crecimiento del sector
Entre las compañías que han impulsado este crecimiento se destaca Entallarte, una marca con presencia en Estados Unidos, Ecuador, República Dominicana, Guatemala, Chile y Costa Rica. En el último año, la empresa registró un crecimiento del 43%, comercializando cerca de 2.9 millones de fajas y prendas de compresión. Desde su creación, ha vendido más de 10 millones de prendas y proyecta expandirse próximamente a El Salvador y Honduras, completando así su cobertura en Centroamérica.
Según Leidy Grisales, CEO de Entallarte, los productos con mayor demanda nacional e internacional son las fajas postoperatorias, la cinturilla de 9 varillas, el short cachetero, la faja moldeadora invisible, el body de compresión abdominal y la faja efecto lipo de 9 varillas.
Tecnología, comodidad e inclusión
Grisales explica que las fajas colombianas son muy valoradas en el exterior por la tecnología de sus telas, que las hace transpirables y cómodas en climas tropicales. Además, la tendencia actual se orienta al concepto “shapewear lifestyle”, prendas que moldean la figura con diseño, comodidad y versatilidad, respetando la diversidad de tallas y cuerpos.
A diferencia de otros países, en Colombia se fabrican fajas especializadas según la necesidad del consumidor: postquirúrgicas, postparto, deportivas o de uso diario, lo que ha permitido a la industria diferenciarse frente a la competencia internacional.
Un país que marca tendencia en la moda funcional
Las ciudades de Medellín y Cali han sido clave en el desarrollo de innovaciones para esta industria, gracias a su cultura del cuidado de la figura y la belleza. Además, Colombia es uno de los principales destinos para cirugías estéticas en el mundo —con procedimientos como la lipoescultura, gluteoplastia y abdominoplastia—, lo que ha impulsado la demanda de fajas postquirúrgicas y de uso diario.
Todo este ecosistema ha convertido a Colombia en un referente internacional, capaz de competir directamente con China, el mayor exportador global, consolidando al país como un actor clave en la industria del shapewear.