Imagen: documental ‘Así nos conectamos’.
La ranchería El Estero queda ubicada a 17 kilómetros de la ciudad de Riohacha, capital del departamento de La Guajira. A este lugar no llega la red eléctrica y menos pensar en dispositivos electrónicos como celulares, computadores o tabletas.
Sin embargo, hace algunos años el profesor Juan Carlos Epinayú decidió no quedarse de brazos cruzados y buscar una solución para brindar una mejor educación a los pequeños estudiantes de su ranchería. Encontró apoyo y construyó una red de panales solares con los cuales recargar la batería de nuevas tabletas.
Imagen: documental ‘Así nos conectamos’.
Con estos dispositivos, Epinayú enseña a sus estudiantes a escribir, a tomar fotografías y las asignaturas básicas. Las nuevas tabletas les han agregado emoción a los niños de esta escuela, ahora ellos están aprendiendo con una herramienta que no contaban.
Ampliando el acceso a la tecnología se logra que estudiantes tengan una educación de mejor calidad, permanezcan en las escuelas y obtengan resultados en educación superior.
En el año 2010, en Colombia, existía un computador por cada 24 estudiantes. Hoy la relación es de tres niños por computador. La tecnología es simplemente un medio para que las personas se conecten. Aquí viene el proceso para que la gente se apropie de ella y como en este caso lo use para la educación de los más pequeños en las zonas apartadas del país.
Imagen: documental ‘Así nos conectamos’.
“Sin tecnología tal vez se pueda trabajar, pero de una manera muy diferente. En cambio, con las Tics, es un trabajo más innovador”, cuenta el profesor Epinayú.
Colombia es un referente en Latinoamérica en la apropiación de la tecnología con fines educativos. Historias como las del profesor Epinayú nos muestran que una persona con acceso digital en un pueblo tiene las mismas posibilidades que una ubicada en una ciudad capital.