El auge de lo retro ha tomado fuerza en todo el mundo y Colombia no es la excepción. Las consolas, videojuegos y accesorios que marcaron la infancia de miles de personas en los años 80, 90 y comienzos de los 2000 viven hoy un renacer impulsado por el coleccionismo, la nostalgia y una nueva valoración cultural de la historia del gaming. Este fenómeno ha dado lugar a un mercado sólido y en expansión que reúne a coleccionistas, comerciantes, desarrolladores independientes y comunidades digitales.
Una demanda en crecimiento
Consolas como el Super Nintendo, el Sega Genesis, la PlayStation original o el Game Boy ya no solo son objetos del pasado: se han convertido en piezas de culto. La demanda crece entre adultos jóvenes que buscan revivir experiencias de su infancia y entre nuevos gamers interesados en descubrir la estética y jugabilidad clásica.
Tiendas especializadas en Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga reportan que los productos retro se venden más rápido que muchos lanzamientos modernos. Ferias como SOFA, RetroCon o festivales de cultura geek también han impulsado la visibilidad y el intercambio de artículos.
Precios que pueden sorprender
Aunque algunos juegos y consolas continúan siendo accesibles, el coleccionismo ha elevado los precios de ciertas piezas. Cartuchos originales de The Legend of Zelda, Donkey Kong Country o Chrono Trigger pueden superar fácilmente los 300.000 o 500.000 pesos, especialmente si están completos o en excelente estado.
Las ediciones especiales, los títulos difíciles de conseguir y los productos con caja original pueden alcanzar cifras aún más altas. La autenticidad, el estado físico y la rareza determinan el valor final.
Comunidades que sostienen el mercado
El crecimiento del sector también se explica por la consolidación de comunidades digitales que impulsan el intercambio de información y productos. Grupos en Facebook, Discord y X funcionan como centros de compra, venta y subastas, donde los coleccionistas comparten recomendaciones, revisiones y alertas de precios.
Estos espacios han contribuido a establecer estándares de autenticidad, evitar estafas y promover un comercio más organizado.
El rol de los desarrolladores independientes
El fenómeno retro no solo revive lo antiguo: también ha estimulado la creación de videojuegos nuevos inspirados en estéticas de 8 y 16 bits. En Colombia, estudios independientes como Bombillo Amarillo, Kilombo Games o Dream Potion han retomado la esencia de los juegos clásicos para ofrecer experiencias contemporáneas con un estilo retro.
Eventos académicos y ferias tecnológicas apoyan esta creatividad, impulsando una nueva generación de desarrolladores que dialogan entre pasado y presente.