En el corazón de Cundinamarca, donde los páramos se confunden con las nubes y las cascadas se desploman entre bosques de niebla, el Día Mundial del Hábitat se convierte en la excusa perfecta para redescubrir la naturaleza. Cada primer lunes de octubre, esta conmemoración internacional nos recuerda que el hábitat no es solo la ciudad en la que vivimos, sino también esos territorios verdes que nos dan agua, aire limpio y bienestar, y que esperan ser recorridos a través del senderismo y el turismo sostenible.
En Colombia, y particularmente en Cundinamarca, el turismo de naturaleza se ha consolidado como una de las mejores formas de conectar a las comunidades con la conservación. Sus rutas de montaña, lagunas y paisajes sagrados ofrecen experiencias únicas que no solo permiten la recreación, sino que también promueven el respeto por los ecosistemas que hacen posible la vida.
Senderismo: caminar para cuidar el territorio
El senderismo es una de las actividades más representativas del turismo sostenible. En Cundinamarca existen múltiples rutas que invitan a recorrer los paisajes andinos y a descubrir la biodiversidad de la región. Entre ellas se destacan:
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Cascada La Chorrera (Choachí): ubicada a menos de una hora de Bogotá, es la caída de agua más alta de Colombia con 590 metros. El recorrido de aproximadamente tres horas permite apreciar bosques de niebla, aves endémicas y miradores naturales.
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Páramo de Sumapaz: considerado el páramo más grande del mundo, es un destino clave para entender la importancia de la regulación hídrica y la conservación de frailejones. Sus caminatas guiadas muestran un paisaje único que abastece de agua a millones de personas en la capital y alrededores.
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Sendero La Peña de Juaica (Tenjo y Tabio): famoso por sus leyendas y su imponente vista sobre la sabana, este camino de montaña combina tradición cultural y espiritualidad con naturaleza.
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Laguna de Guatavita: escenario histórico de la leyenda de El Dorado, ofrece un recorrido de senderismo interpretativo que conecta el patrimonio natural con la memoria ancestral de los pueblos muiscas.
Turismo de naturaleza: una apuesta por el hábitat sostenible
El Día Mundial del Hábitat no solo llama a repensar las ciudades, sino también a valorar los espacios naturales que conforman nuestro entorno. En Cundinamarca, diversas comunidades locales han convertido el turismo de naturaleza en una herramienta para generar ingresos, preservar su cultura y proteger los ecosistemas.
En municipios como La Vega, Villeta y San Francisco se promueven caminatas ecológicas que incluyen avistamiento de aves, baños en cascadas y experiencias de turismo comunitario. Estas iniciativas demuestran que la sostenibilidad no es un discurso abstracto, sino una práctica cotidiana que depende del respeto y la apropiación de los territorios.
Hábitat y bienestar
Explorar las rutas de senderismo en Cundinamarca también es una manera de promover el bienestar físico y emocional. Caminar por senderos naturales contribuye a la salud cardiovascular, reduce el estrés y fortalece el vínculo entre las personas y su entorno.
A nivel social, estas actividades generan comunidad, pues son experiencias colectivas que reúnen a familias, grupos de amigos y viajeros de todas partes del país que buscan desconectarse de la rutina urbana para reconectarse con la naturaleza.
Canal Trece: narrar la vida desde los territorios
Como medio público regional, Canal Trece se suma a la conmemoración del Día Mundial del Hábitat visibilizando las iniciativas de turismo sostenible y comunitario en Cundinamarca. Cada historia de conservación, cada ruta de senderismo y cada proyecto cultural que nace alrededor de la naturaleza es también una forma de hablar del hábitat que queremos construir.
En este día, el llamado es claro: cuidar nuestros páramos, montañas y bosques no solo garantiza agua y aire puro, también asegura un futuro más equitativo y digno para todos. Porque el verdadero hábitat es aquel en el que el ser humano convive en armonía con la naturaleza.