Cada 12 de octubre se conmemora el Día de la Raza, una fecha que invita a reflexionar sobre la historia, la diversidad cultural y los procesos de mestizaje que dieron forma a América Latina. Aunque durante décadas se celebró como una jornada de encuentro entre dos mundos, hoy este día es también una oportunidad para reconocer las raíces indígenas, afrodescendientes y europeas que construyen la identidad de los pueblos latinoamericanos.
El origen de esta conmemoración se remonta al 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón llegó al continente americano. A partir de ese momento, comenzó un proceso de colonización que transformó la historia de la humanidad, dando paso a un intercambio cultural, social y político de grandes dimensiones, pero también a una profunda herida histórica para los pueblos originarios.
De la celebración al reconocimiento histórico
El Día de la Raza fue instaurado oficialmente en varios países de América a comienzos del siglo XX. En Colombia, la fecha se conmemora desde 1914, cuando el presidente Carlos Eugenio Restrepo la declaró como un homenaje a la “fusión de los pueblos europeos e indígenas”. Sin embargo, con el paso del tiempo, la mirada sobre esta conmemoración ha evolucionado.
Hoy en día, más que celebrar un “descubrimiento”, se busca promover un reconocimiento histórico, que visibilice la resistencia, el valor y el legado de las comunidades indígenas y afrocolombianas. La fecha también invita a revisar críticamente las consecuencias del colonialismo, el despojo de territorios y la pérdida de lenguas y tradiciones ancestrales.
Por ello, en muchos países el nombre de esta jornada ha cambiado. En Bolivia se celebra el Día de la Descolonización, en Nicaragua el Día de la Resistencia Indígena, y en Venezuela el Día de la Resistencia Indígena y Afrodescendiente. En Colombia, aunque aún se conoce oficialmente como Día de la Raza, cada vez más instituciones y colectivos prefieren hablar de “Día de la Diversidad Étnica y Cultural”, en un esfuerzo por resignificar la fecha y darle un sentido más inclusivo.
La diversidad cultural, una riqueza que nos define
Colombia es uno de los países más diversos del mundo. En su territorio conviven más de 115 pueblos indígenas, 84 comunidades afrodescendientes, raizales y palenqueras, además de poblaciones mestizas que conforman una amplia riqueza cultural, lingüística y espiritual.
Esa mezcla de tradiciones, sabores, ritmos y saberes se refleja en la música, la gastronomía, las fiestas populares y las expresiones artísticas que hacen parte del patrimonio nacional. El Día de la Raza —o de la Diversidad Cultural— es, por tanto, una oportunidad para celebrar esa pluralidad que nos identifica como nación.
En las escuelas, universidades y espacios culturales se realizan conversatorios, exposiciones y actividades pedagógicas que buscan promover el respeto, la inclusión y el diálogo intercultural. También se resaltan las contribuciones de los pueblos indígenas y afrocolombianos en la defensa del territorio, la biodiversidad y la memoria histórica.
Un llamado al respeto y la inclusión
Más que una conmemoración histórica, el 12 de octubre debe entenderse como una jornada para el diálogo y la reconciliación con nuestras raíces. Reconocer los errores del pasado no significa borrar la historia, sino aprender de ella para construir un futuro más justo y equitativo.
En un contexto donde la discriminación y la desigualdad aún afectan a muchas comunidades, este día recuerda la importancia de valorar la diferencia, fortalecer la educación intercultural y promover la igualdad de derechos para todos los pueblos.
El Día de la Raza nos invita a mirar hacia atrás con sentido crítico, pero también a mirar hacia adelante con esperanza. Es un recordatorio de que la verdadera riqueza de Colombia y América Latina está en su diversidad, en la convivencia entre culturas y en la fuerza de sus raíces.




