Cristina Hernández: una leyenda del doblaje que nunca dejó de ser niña

Con más de 36 años de trayectoria y una presencia inconfundible en más de 900 producciones, Cristina Hernández se ha ganado un lugar en el corazón de generaciones enteras. Su voz ha acompañado nuestra infancia, adolescencia y adultez: es Sakura Kinomoto (Cardcaptor Sakura), Chibiusa (Sailor Moon), Bombón (Las Chicas Superpoderosas), Alegría (Intensamente), Padmé Amidala (Star Wars) y más recientemente Shinobu Kocho, la Pilar Insecto de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba.

Durante su paso por SOFA 2025, Cristina conversó con nosotros entre risas, nostalgia y reflexión sobre su carrera, el arte del doblaje y la fuerza femenina detrás de la voz.

Master Crispi: Varias de las voces que interpretas son de personajes infantiles. ¿Cómo haces para recobrar esa pasión por ese público, para pensar como una niña todavía?

Cristina Hernández: (Ríe) La verdad es que no tengo que hacer gran esfuerzo… en realidad yo sigo siendo una niña. Ese es mi problema —o mi bendición—. Conservo un espíritu muy infantil, muy juguetón. A veces es divertido, pero también puede ser complicado, porque soy demasiado confiada. No creo en la maldad de la gente y tengo pensamientos que no corresponden a un adulto maduro. Pero creo que eso me mantiene conectada con la inocencia y la ilusión que mis personajes necesitan.

Master Crispi: Tienes una lista enorme de personajes icónicos. ¿Cómo haces para que cada voz sea distinta y no se crucen entre sí?

Cristina Hernández: Eso es totalmente técnico. Estudié mucho el funcionamiento del aparato fonador —sé cómo usarlo para generar diferentes colores, temperaturas y emociones—.
Cada personaje tiene su propio tono y energía. Por ejemplo, Sakura tiene una voz llena de aire, esperanza, idealización; suena como “¡guau!”, porque está constantemente maravillada.
En cambio, Bombón, de Las Chicas Superpoderosas, es una líder. Y ser líder suena contundente: su voz es un punch, una orden brillante, pero positiva. Los finales no los alargo; soy directa: “¡Tú tienes que hacerlo!” Esa diferencia hace que cada personaje tenga su esencia muy marcada.

Master Crispi: A veces, al hablar contigo, se filtran las voces de tus personajes. ¿Te pasa a menudo que “se atraviesan”?

Cristina Hernández: (Sonríe) Sí, ¡pasa todo el tiempo! Porque todos viven dentro de mí.
No hay manera de desconectarme completamente de ellos. En una cena con mis hijos, seguro en algún momento Alegría aparece con su entusiasmo, o Boa Hancock con su tono altivo (ríe).
Lo cierto es que cada personaje tiene algo mío. Yo trato de que todos sean auténticos y naturales, porque mientras más reales son, más conectan con el público. Así que sí… en mi casa convivimos todos: mis hijos y mis personajes.


💫 Una artista que inspira

Cristina Hernández no solo es una actriz de doblaje: es una maestra de emociones. Su disciplina técnica y su sensibilidad humana se entrelazan para dar vida a personajes que han trascendido generaciones.

A lo largo de la conversación, deja claro que el doblaje no es solo interpretación, sino también entendimiento profundo del alma. Y en un medio donde las voces femeninas ganan cada vez más reconocimiento, Cristina se ha convertido en un símbolo de liderazgo y autenticidad.

“Mientras más real sea el personaje, más conecta con el público”, afirma. Esa es la esencia que ha hecho de su voz un refugio, una guía y una compañía para millones.

En un mundo donde las voces cambian y las modas pasan, la de Cristina Hernández permanece como una constante: cálida, poderosa y eternamente joven.
A través de ella, entendemos que la infancia no se pierde… simplemente evoluciona, y que la magia de una voz auténtica puede acompañarnos toda la vida.

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