El cursor titila como si respirara. La pantalla se convierte en un lienzo donde cada corte de video, cada trazo de una imagen o cada onda sonora se transforma en una mirada del mundo. En Colombia, más de 39 millones de personas consumen contenidos digitales diariamente, según el Ministerio TIC (2024). Sin embargo, menos del 30% sabe identificar si lo que comparte es veraz o manipulado, de acuerdo con el índice de Alfabetización Mediática de la UNESCO (2024).
En ese contexto nace el curso “Multimedia + Sostenibilidad + Desafíos Ciudadanos”, una apuesta del ecosistema Digital-IA y de Educomunicación para la Paz. Una propuesta formativa que no solo enseña a editar videos en DaVinci, fotografías en Gimp o audios en Audacity; también invita a producir con propósito, a contar historias que no destruyan, sino que reparen.
Aquí el aprendizaje no se mide en cuántas herramientas se dominan, sino en cuánta conciencia se despierta. Cada clase propone narrar desde la sostenibilidad: usar la tecnología para visibilizar causas ambientales, sociales y humanas. No es casualidad que, según Statista (2025), los contenidos sostenibles generen un 73% más de interacción positiva frente a aquellos neutrales o de consumo rápido.
Porque cuando aprendemos a editar, en realidad trazamos una ética visual: recortamos la mentira, ajustamos los niveles de la verdad y exportamos esperanza.
Ciudadanos que crean, no solo consumen
En una región donde el tráfico digital crece a un ritmo del 19% anual (GSMA Mobile Economy, 2024), los algoritmos moldean opiniones, emociones y comportamientos. Y un dato inquietante lo confirma: el 61% de los usuarios ha compartido información falsa sin saberlo (CAF–UNESCO, 2024).
Frente a ese panorama, el curso propone una pedagogía del hacer: aprender creando, verificar produciendo y cuestionar mientras se edita. No basta con ser consumidores críticos; es urgente formar productores éticos, capaces de construir narrativas responsables en un entorno saturado de imágenes y mensajes.
El módulo invita a los participantes a comprender la potencia política de un clip de diez segundos, de un gráfico bien construido o de un sonido que emociona. Porque la creación multimedia no es solo técnica, es una forma de ciudadanía. Y en un país donde la desinformación erosiona la confianza, producir con ética es un acto de sostenibilidad social.
Hacia una nueva cultura digital
El curso “Multimedia + Sostenibilidad + Desafíos Ciudadanos” no enseña únicamente a manejar software: enseña a mirar. A narrar desde el cuidado. A reconocer que cada contenido publicado tiene impacto en alguien, en una conversación, en un territorio.
En un mundo donde la inmediatez domina, esta propuesta académica recuerda que la tecnología también puede ser una herramienta para la paz. Cada video, cada imagen y cada pieza sonora puede convertirse en un puente que conecta realidades, visibiliza luchas o invita a proteger lo que nos sostiene.
Crear no solo para entretener, sino para transformar: ese es el desafío. Y también, la promesa.