Colombia es un país que respira ciclismo. Sus montañas, ciudades históricas y extensas llanuras ofrecen una variedad de escenarios únicos para quienes disfrutan recorrer rutas en bicicleta. Además de ser un medio de transporte sostenible, la bicicleta se ha convertido en una forma de turismo, deporte y conexión con el territorio. Por todo el país han surgido ciclovías que mezclan naturaleza, patrimonio cultural y experiencias locales inolvidables. Estas son algunas de las más destacadas.
Ciclovía de Bogotá
La capital del país posee uno de los programas de ciclovía dominical más reconocidos de América Latina. Cada domingo y festivo, decenas de kilómetros de vías principales se cierran al tráfico vehicular para dar paso a miles de ciclistas. Más allá de la actividad física, la ciclovía se ha convertido en un espacio social donde familias, deportistas y turistas comparten la ciudad a otro ritmo. También existen rutas permanentes que conectan parques, zonas verdes y sectores históricos.
Avenida Ciclística del Río en Medellín
Medellín ha impulsado en los últimos años una cultura de movilidad sostenible, y su corredor ciclístico a lo largo del río Medellín es uno de los mejores ejemplos. Es una ruta plana, segura y con espacios para descanso, ideal tanto para entrenamientos como para paseos familiares. Además, se conecta con tramos adicionales de ciclorutas que atraviesan la ciudad e integran áreas naturales del valle.
Ciclovía de Cali y alrededores
Cali es una ciudad cálida y plana, perfecta para pedalear. Su red de ciclorutas urbanas se complementa con rutas recreativas hacia zonas rurales como Pance o el corregimiento de Felidia, donde los ciclistas encuentran naturaleza, gastronomía local y aire fresco. Los fines de semana, muchos caleños aprovechan la ciclovía para recorrer vías principales habilitadas exclusivamente para bicicletas.
Ruta del Café en el Eje Cafetero
El Eje Cafetero ofrece una experiencia especial para los ciclistas: pedalear en medio de cafetales, montañas y miradores naturales. Entre Manizales, Pereira y Armenia se han consolidado trayectos ideales para bicicletas híbridas o de montaña. La famosa Ruta del Café combina carreteras rurales, caminos veredales y pequeños pueblos donde los visitantes pueden descansar, degustar cafés especiales y disfrutar de paisajes declarados Patrimonio de la Humanidad.
Ciclovías del Valle de Sopó y la Sabana de Bogotá
Para quienes buscan rutas más tranquilas y con escenarios naturales abiertos, la Sabana de Bogotá cuenta con varias ciclovías y carreteras secundarias muy frecuentadas por ciclistas. Una de las más conocidas es la de Sopó, que bordea montañas, zonas verdes y fincas. La ruta ofrece vistas amplias del valle, conectando con municipios como Tocancipá, Guatavita y Sesquilé.
Ciclovías del Caribe
Aunque no tan mencionadas, varias ciudades de la Costa Caribe han venido fortaleciendo su infraestructura para bicicletas. Barranquilla, por ejemplo, tiene ciclorutas que conectan zonas residenciales con parques y tramos cercanos al río Magdalena. En Cartagena, algunos corredores permiten recorrer sectores turísticos y barrios tradicionales sin depender del tráfico vehicular.
Ruta del Llano
En los Llanos Orientales, la bicicleta se ha convertido en un aliado para descubrir paisajes extensos y vías rurales poco transitadas. Municipios de Meta y Casanare cuentan con rutas planas ideales para ciclistas aficionados. El clima cálido, las sabanas abiertas y la presencia de ríos y hatos ganaderos hacen de estas rutas una experiencia completamente diferente al ciclismo de montaña o urbano.
Un país para recorrer pedaleando
Las ciclovías en Colombia son mucho más que caminos para bicicletas: son espacios de encuentro, deporte y conexión con la identidad de cada región. Desde las grandes ciudades hasta los paisajes rurales más apartados, el país ofrece opciones para todos los niveles, desde principiantes hasta ciclistas profesionales. Pedalear se ha convertido en una forma de vivir el territorio, descubrir su diversidad y disfrutarlo sin prisa.




