Una familia en Albán, Cundinamarca preserva la tradición de hacer chorizos artesanales y aseguran ser los mejores del municipio.
POR JESICA MUTIS
Desde los cuatro años Ángela López se fue a vivir a Albán Cundinamarca, lugar en el que se radicaba su abuelo, un hombre dedicado gran parte de su vida a hacer chorizos con una receta donde los ingredientes de calidad son los protagonistas. Haciendo uso de todas las partes del cerdo, especias y vegetales de la región su producto sigue haciendo parte de la identidad gastronómica del municipio.
Partes de los procesos han cambiado, asegura Ángela quien junto a su prima Cristina Camacho han mantenido el negocio, que anteriormente su abuelo hacia uso de un embudo hecho en bambú, para pasar la cerne a la tripa, su madre quien heredó el negocio como segunda generación hacía este mismo proceso con tubos de PVC, mientras que ella siendo la tercera generación ha logrado adquirir máquinas que le ayudan a agilizar los procesos, pues la producción ha crecido gracias a la calidad.
Entre sus estrategias, también está la de apoyar al productor local comprando parte de sus insumos a ellos pues aunque su fuerte son los chorizos, las morcillas y una buena picada son opción en este lugar si usted desea consumir un producto de tradición y amor familiar.
Entre la evolución de dicho producto, también se destaca la empacada al vacío una nueva apuesta que como emprendimiento han desarrollado para poder llegar a más clientes y dar a conocer el sabor de los chorizos de su abuelo.