Ubicado en Villapinzón y siendo el lugar donde nace el río Bogotá, el páramo de Guacheneque dejó de ser un espacio de cultivos como la papa, para convertirse de nuevo en el espacio para el crecimiento de flora y el habitad de diversas especies. Miguel Guevara y Alexander Abril hacen parte de una asociación de apicultores del páramo, una labor que surgió gracias al apoyo de la Gobernación de Cundinamarca, quienes con el propósito de restaurar el ecosistema llevaron estos importantes polinizadores.
Son cerca de cuatro años en que esta asociación de 9 participantes, ha estado a cargo del proyecto rescatando las colmenas de casas o lugares no apropiados, cuentan que gracias a esta iniciativa han visto como los colores de las flores y el verde del pasto le dan vida a esta zona donde antes las tonalidades cafés y negras de la tierra eran protagonistas.
De acuerdo a la Universidad Central, el 70 % de la agricultura depende exclusivamente de las abejas, pues estas son agentes esenciales en la reproducción de las semillas y frutas.
Obtener productos en los que se respeten los procesos es uno de sus enfoques como asociación, así como brindar al consumidor la certeza de que es un producto limpio. Por ello, sacan producción de miel una vez al año, polen y le están apostando a la innovación con una crema a base de miel y diversas plantas medicinales para los dolores en el cuerpo.
Actualmente son 22 colmenas las que están en el páramo, su idea es seguirse expandiendo para fortalecer la reforestación de este importante lugar para el país.