El Black Friday pasó de ser una importación incipiente a convertirse en un fenómeno cultural y comercial en Colombia. En estos últimos cinco años, su transformación ha sido profunda — en volumen, comportamiento del consumidor, sectores favorecidos y riesgos. Esta radiografía muestra cómo evolucionó.
El salto del comercio electrónico y del volumen de compras
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En 2020, el sector online demostró todo su potencial: durante la jornada de Black Friday, los comercios participantes reportaron ventas por aproximadamente 320.000 millones de pesos, con más de 1,7 millones de transacciones entre el 27 y 29 de noviembre.
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La pandemia aceleró una migración al comercio digital: compras desde la casa, menores aglomeraciones y más confianza en tiendas online. Esto sentó las bases para que el Black Friday aparte de ser una tradición comercial, se integrara al calendario digital de los colombianos.
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En 2023–2024 y hacia 2025, la participación online sigue dominando: cerca del 60 % (o más) de las transacciones del Black Friday se realizan por internet.
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Las cifras muestran un crecimiento sostenido: en 2024 los comercios estimaron que las ventas del fin de semana Black Friday subían hasta un 70 % comparado con fines de semana normales.
Lo que esto significa: el Black Friday dejó de ser un evento aislado para tiendas grandes — hoy es una oleada nacional de comercio impulsado por internet, con cientos de marcas, plataformas y consumidores conectados.
Cambios en qué compran y cómo compran los colombianos
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En los primeros años predominaban artículos tradicionales como moda, ropa, calzado, electrodomésticos y hogar. Pero en la última edición hay un cambio generacional: la tecnología, los dispositivos móviles, los gadgets, y productos de electrónica dominan.
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Un dato interesante: en 2025 más del 90 % de los compradores investigan antes de comprar, revisan reseñas, comparan precios y buscan opiniones. Eso marca un perfil más consciente del consumidor.
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El canal móvil acelera la tendencia: la mayoría de compras se hacen desde celulares, lo que permite comparar en tienda física y decidir en línea, o viceversa
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Además, moda, calzado, tecnología, artículos para el hogar y electrónicos siguen encabezando las preferencias, lo que indica que el Black Friday se consolidó como momento clave para renovar guardarropa o actualizar gadgets justo antes de Navidad.
Del “viernes único” a una temporada: anticipación y omnicanalidad
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En los primeros años, el Black Friday era “el viernes”. Pero hoy muchas tiendas lanzan ofertas desde semanas antes y extienden descuentos hasta pasar por Cyber Monday. Eso ha cambiado profundamente el patrón: no hay solo un día, sino una “temporada de descuentos”.
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Los consumidores ya no esperan al viernes: planean con anticipación, hacen su lista, revisan precios y definen qué van a comprar — lo que ha llevado a un comportamiento más estratégico y menos impulsivo.
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Las tiendas físicas y online conviven de forma híbrida: muchos consumidores consultan productos en línea, revisan en tienda física (tallas, tacto, sensación), y luego compran desde el sitio web, o viceversa.
Este cambio refleja una adaptación profunda: el Black Friday dejó de ser un evento importado con lógica norteamericana y se transformó en un ritual adaptado al consumo, hábitos y practicidad de los colombianos.
Riesgos, saturación y alertas de consumidores
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A medida que crece su popularidad, también emergen riesgos: el exceso de promociones, descuentos engañosos, inflación previa de precios y saturación logística se han vuelto constantes. Algunas alertas recientes sobre prácticas engañosas en tiendas internacionales muestran que estos problemas no son exclusivos de Colombia — lo que invita a comprar con cautela.
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No todos los productos tienen rebajas reales: en varios mercados globales se ha detectado que muchos artículos suben de precio antes del Black Friday para aplicar “descuentos” que en realidad son regresos al precio anterior. Es una práctica a la que conviene estar alerta.
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Para que el Black Friday siga siendo una buena oportunidad para los consumidores, hoy más que nunca importa comparar precios, verificar reputación de tiendas y no dejarse llevar solo por etiquetas de “-50 %” o “oferta limitada”.
Conclusión: Black Friday como termómetro del consumo moderno
En cinco años, el Black Friday en Colombia pasó de ser un evento de nicho a un motor clave del consumo navideño. Se transformó:
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de un solo día a una temporada de ventas
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de compras esporádicas a compras planificadas
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de enfoque en ropa/electrodomésticos a tecnología, gadgets y estilo de vida digital
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de consumo impulsivo a un consumidor más informado, conectado y selectivo
Para marcas, comercios, publicistas —y para ti, que trabajas en comunicaciones y marketing— esta evolución no es menor. Si se planifica bien, el Black Friday ya no es solo una fecha más: puede ser el eje de estrategias digitales, campañas, contenidos comerciales y activaciones auténticas, con sentido de oportunidad y responsabilidad.




