Análisis: ¿Cómo impacta la tasa de interés actual en los préstamos de vivienda en Colombia?

Durante 2025, Colombia ha experimentado un panorama económico marcado por la lenta reducción de la tasa de interés del Banco de la República, una decisión que busca estimular el consumo y la inversión tras varios meses de desaceleración económica. Sin embargo, este ajuste tiene efectos directos en uno de los sectores más sensibles para las familias colombianas: los créditos de vivienda.

El análisis de la tasa de interés y su relación con los préstamos hipotecarios permite entender cómo las decisiones del banco central se traducen en mayores o menores costos para quienes sueñan con tener casa propia.

La tasa de interés de referencia y su rol en la economía

La tasa de interés de referencia es el principal instrumento que utiliza el Banco de la República para controlar la inflación y regular la cantidad de dinero circulante. Cuando la inflación sube, el banco aumenta la tasa para desincentivar el consumo y estabilizar los precios; cuando la inflación baja, la reduce para facilitar el acceso al crédito y dinamizar la economía.

En 2024, esta tasa alcanzó niveles cercanos al 13%, una de las cifras más altas en la última década. En 2025, el Emisor ha venido reduciéndola gradualmente, ubicándola en torno al 8,5%, con el objetivo de aliviar la carga financiera sobre hogares y empresas. Aunque esta reducción es positiva, los efectos en los créditos de vivienda no son inmediatos.

¿Cómo afecta la tasa a los créditos hipotecarios?

Los préstamos de vivienda —especialmente los denominados en UVR (Unidad de Valor Real)— están directamente influenciados por las variaciones de la tasa de interés. Cuando la tasa de referencia baja, los bancos tienden a ofrecer créditos con cuotas más estables y tasas más competitivas.

Esto significa que una persona que hoy solicite un crédito hipotecario podría acceder a una tasa más baja que hace un año, reduciendo el valor total de los intereses que pagará durante la vida del préstamo.

Sin embargo, quienes ya tienen créditos activos en UVR aún sienten el efecto del encarecimiento de la inflación reciente, ya que el valor de la UVR se ajusta con el índice de precios al consumidor (IPC). En otras palabras, las cuotas pueden seguir altas por un tiempo, incluso si la tasa general empieza a descender.

El impacto en la compra de vivienda

Con el costo del dinero bajando lentamente, los analistas proyectan una reactivación gradual del mercado inmobiliario. En los últimos dos años, las ventas de vivienda nueva cayeron más del 40%, debido a la combinación de altas tasas, inflación y pérdida de poder adquisitivo.

Ahora, con un panorama más favorable, se espera que tanto los constructores como los compradores retomen confianza. Los bancos también han empezado a lanzar campañas con tasas preferenciales, especialmente para vivienda de interés social (VIS) y vivienda de interés prioritario (VIP), que cuentan con apoyo estatal.

El Gobierno, por su parte, ha reactivado programas como Mi Casa Ya, que subsidia parte de la cuota inicial y una fracción del crédito, lo que mejora el acceso a vivienda para las familias de ingresos medios y bajos.

Lo que viene para el cierre de 2025

Los expertos coinciden en que el Banco de la República seguirá bajando la tasa de interés de manera moderada, en función del comportamiento de la inflación, que ha mostrado signos de estabilización. No obstante, advierten que una reducción demasiado rápida podría presionar nuevamente los precios, generando el efecto contrario.

El sector de la construcción y los hogares hipotecados dependen en gran medida de este equilibrio. Si las tasas continúan bajando, el crédito será más asequible, lo que podría impulsar el empleo, la inversión y la recuperación económica del país.

Conclusión

La tasa de interés actual representa un punto de inflexión: aunque los efectos positivos sobre los créditos de vivienda tardan en sentirse plenamente, el cambio de tendencia marca un alivio para miles de familias colombianas.

El reto está en mantener la estabilidad macroeconómica mientras se estimula el acceso a vivienda digna y asequible. Si el descenso de tasas continúa y los bancos trasladan efectivamente esos beneficios a los usuarios, 2025 podría ser el año del resurgimiento del mercado hipotecario en Colombia.

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