Los Cerros de Mavicure, ubicados en Guainía, son uno de los destinos más impresionantes de Colombia. Se destacan por sus paisajes, sus historias legendarias y la conexión profunda con las comunidades indígenas que habitan la región.
Si planeas un viaje a este rincón remoto del país, aquí te contamos nuestra experiencia completa de la mano de Anato, Fontur y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en #ElPaísDeLaBelleza; y cómo aprovechar al máximo tu visita. Además, responderemos algunas preguntas que más nos hacen, para cuando viajes a este destino.
Complementa tu itinerario de viaje con nuestro anterior blog: Viajar a Guainía: todo lo que debes saber
¿Cómo llegar a los Cerros de Mavicure?
Para llegar a los Cerros de Mavicure, primero debes llegar a Inírida, capital del departamento de Guainía. Una vez en Inírida, el acceso a los cerros es fluvial, utilizando una lancha que recorre el río Inírida hasta llegar al sector donde se encuentran los cerros.
En nuestro caso, después de un viaje en lancha de casi dos horas, fuimos recibidos por la comunidad indígena puinave en el resguardo El Venado, quienes gestionan el turismo en esta zona.
Al llegar, se debe pedir permiso para ingresar a los líderes indígenas y a la Madre Tierra, ya que el lugar es sagrado para la comunidad. La Asociación de habitantes del resguardo El Venado, conocida como Asozhonm, está a cargo del turismo comunitario y ofrece una experiencia auténtica al visitante.
A medida que nos adentramos en su cultura, comenzamos a entender la importancia de su tierra y su deseo de preservar sus tradiciones.
Plan 1: Conocer las comunidades indígenas
La primera parte de nuestro viaje fue conocer las actividades cotidianas de las comunidades indígenas en el resguardo El Venado. Una de las experiencias más interesantes fue aprender sobre el procesamiento de la yuca brava, un alimento básico para los puinaves. Observamos el proceso completo, desde la extracción del veneno (sianuro) de la yuca hasta su conversión en mañoco y casabe.
El mañoco es un tipo de harina, mientras que el casabe es una tortilla delgada que se usa en muchas comidas tradicionales.
Conocimos a una voluntaria, una profesora de inglés que había llegado desde Bogotá meses atrás para hacer turismo y decidió quedarse como voluntaria enseñando a los niños inglés y otras cosas. Este tipo de iniciativas demuestra cómo el turismo puede generar un impacto positivo en la comunidad.
En otro taller, aprendimos a hacer artesanías con palma de cumare. Las mujeres de la comunidad elaboran abanicos, cestas, alfombras y otros objetos. Es muy interesante ver cómo mantienen viva esta tradición transmitida de generación en generación.
@canaltrececo ¿Sabías que en #Guainía puedes vivir las tradiciones indígenas de cerca? Desde aprender a procesar la yuca brava hasta tejer con palma de cumare, y te lo contamos junto a @zetadj de #Rezeteando y @Agencias de Viajes ANATO en #ElPaísDeLaBelleza 🛖🤠⛰️ #turismo
Plan 2: El ascenso a los Cerros de Mavicure
El segundo gran plan que harás en el lugar, es el ascenso a los Cerros de Mavicure. Este es, sin duda, el punto culminante del viaje. Nos despertamos a las 4 am, tomamos café y galletas, y nos preparamos para la subida guiada por miembros de la comunidad. El recorrido empieza temprano para poder disfrutar del amanecer desde la cima.
El ascenso es desafiante pero accesible, con secciones empinadas y vistas espectaculares que te motivan a seguir adelante. Durante la caminata, encontramos varias especies nativas, como la flor de Evan Chulter y la palma del mavi, utilizada para hacer cerbatanas.
Uno de los momentos más recordados fue cuando Rebeca, una de nuestras guías, nos mostró cómo hacía abanicos a mano utilizando las hojas de la palma, una habilidad que aprendió de su abuela cuando era niña.
Una vez en la cima, se puede contemplar una vista impresionante: miles de hectáreas de selva virgen y el río Inírida serpenteando entre los cerros.
Desde allí se pueden ver los diez cerros que conforman el complejo de Mavicure: Mavicure, Águila, Mono, Flauta, Diablo, Plata, Venado, Danta, Teta y Cajuche; siendo los más representativos Mavicure, Águila y Mono.
Cada cerro tiene su historia, y los guías indígenas nos contaron varias leyendas, como la de la princesa Inírida y los hermanos que se convirtieron en cerros.
@canaltrececo Sube los Cerros de Mavicure en #Guainía y vive la magia de la selva y sus historias ancestrales junto a @zetadj de #Rezeteando y Anato – Fontur – Ministerio de Comercio en #ElPaísDeLaBelleza ⛰️🤠⛰️ #GuainíaEsTRECE #Turismo
Conexión con la cultura y la naturaleza
Estar en los cerros de Mavicure no es solo una experiencia física; es también una profunda conexión con la cultura indígena y el respeto por la naturaleza.
La comunidad indígena nos explicó que, prefieren dedicarse al turismo, ya que la minería les estaba haciendo “ojitos”, pero en los últimos 10 años, prefirieron trabajar para preservar el lugar a través del turismo sostenible.
El área es sagrada para ellos, y piden a los visitantes que no dejen basura ni toquen plantas sin autorización.
¿Qué más hacer en la zona?
Después del ascenso, puedes explorar otras actividades en la zona. Hicimos una caminata de dos horas sobre las arenas blancas de este gran Escudo Guayanés hasta la Piedra de la Tortuga, otro sitio emblemático de la región. Allí disfrutamos del atardecer y pasamos la noche bajo las estrellas, una experiencia mágica en este entorno natural.
Otro aspecto recomendado del viaje es la gastronomía. Probamos platos tradicionales como el pisillo de pescado, un plato ancestral de Guainía que consiste en pescado ahumado, desmenuzado y mezclado con cebolla y tomate. También disfrutamos de la palometa frita con fariña y patacón, y del desayuno típico de la región con arepas, huevos y caldo de pescado bagre. Aunque sí, a veces mezclan sabores y tradiciones, con ingredientes más cercanos al turista, para brindarle un poco más de comodidad.
¿Cuánto tiempo se necesita para visitar los cerros?
Un viaje a los cerros de Mavicure puede durar entre dos y cinco días, dependiendo de las actividades que quieras realizar.
Recomendamos dedicar al menos un día completo para el ascenso y otro para conocer las comunidades indígenas y hacer caminatas por la zona.
Si tienes tiempo, puedes también explorar el río Guainía y otros puntos cercanos como el río San Joaquín y bañarse en sus aguas rojas.
En cuanto a la acomodación, la experiencia fue tan auténtica como el resto del viaje. Nos alojamos en malocas tradicionales, que son esas «casas” en palma tan características de las comunidades indígenas. En este caso, las malocas no solo son espacios para descansar, sino que representan un centro de vida comunitaria.
Las malocas pueden durar hasta 20 años, dependiendo de la resistencia de la palma antes de que se deteriore con el tiempo. Dormimos en camas equipadas con mosquiteros para protegernos de los insectos, algo esencial en esta región selvática.
¿Qué debo llevar a los Cerros de Mavicure?
Es importante ir preparado para el clima de la región, que puede ser cálida y húmeda durante el día. Lleva ropa ligera, protección solar, gorra, repelente de insectos y suficiente agua para las caminatas. Un buen calzado es esencial para el ascenso, y no olvides una cámara para capturar los paisajes.
Visitar los Cerros de Mavicure no es solo una aventura en la naturaleza, sino también de historia y cultura de las comunidades indígenas que han habitado esta región por siglos.
Un viaje que te desconecta del mundo moderno y te reconecta con lo esencial. Si buscas una experiencia auténtica en uno de los rincones más remotos de Colombia, este es el lugar para ti.
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¡Nos vemos en un próximo viaje de #Rezeteando!