Viajeros en el tiempo, procedentes del año 2121 y de cada nacionalidad del mundo, han aparecido en sus respectivos países para comunicar un corto pero importante mensaje a sus compatriotas.
Colombia, que detrás de Surinam y Andorra será el tras antepenúltimo país en recibir a su viajero, ha decidido escuchar a los expertos para no pasar vergüenzas y asignará a Sofía Cordero, una dedicada pero insociable astrofísica, como directora de la selecta comitiva de bienvenida.
Sofía decide seguir los protocolos que aprendió en la NASA y recibir al viajero en un remoto campamento en el desierto de Mondoñedo, rechazando la petición del gobierno de darle cubrimiento mediático con presencia del presidente y un centenar de invitados.
El gobierno responde enviando al campamento a Leopoldo Manotas, un carismático Senador con todas las mañas del oficio, para asegurarse de que la misión sea bien documentada y pueda venderse como un triunfo político justo antes de las elecciones presidenciales.
Sofía y Leopoldo se verán obligados a codirigir una misión que sólo se complica cuando por accidente se revela la identidad de Simón, un niño de 13 años que en el futuro será el abuelo del viajero colombiano que los visita.
Como buen estratega político, Leopoldo verá una oportunidad para influenciar al viajero a través del niño, convenciéndolo de que traiga información del futuro que le de ventaja a su país frente a otras naciones.
El riesgo será crear una paradoja espacio-temporal que destruya el universo y, de paso, haga de Colombia un hazmerreír internacional.
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