La casa es mucho más que un nombre, es como espacio, una metáfora de recogimiento y compañía, es un lugar que desdibuja lo íntimo, y nos permite encontrarnos con nosotros mismos y con los demás. En esta casa de colores cada personaje nos permite adentrarnos en su vida, en sus luchas, en sus sufrimientos, en sus alegrías.
Es un espacio para visibilizar, pero sobre todo para sensibilizar, para descubrir que a pesar de los prejuicios nos iguala nuestra humanidad y nos fortalece la empatía, la capacidad de comprender y respetar a cada persona.
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