Mientras Soledad y Junior intentan encontrar sus propias respuestas a lo largo de un periplo en el que descubrirán diversas formas de violencia (y de afectos) en distintas regiones del país, poco a poco entenderán que las experiencias negativas marcan, pero que también las muestras sinceras de afecto y empatía nos definen, y que nunca es tarde para incorporarlas a lo que somos. Ese viaje es a su vez el hilo conductor del universo narrativo que proponemos, y a través de él entenderemos que 'Así es la vuelta', la vuelta al pasado, quizá a la carretera, pero sobre todo, la vuelta a uno mismo.
Como si se tratara de las Matrioskas, muñecas rusas que son el símbolo por excelencia del proyecto, la aventura de la carretera les permitirá a Junior y Soledad ir perdiendo capas de prevención, miedo y recelo hasta llegar a darse cuenta de que hicieron un viaje hacia sí mismos, hacia la más pequeña y esencial de las “muñecas rusas” que todos tenemos dentro. Esa a la que no le queda el dolor y que logra entender que no se trata de olvidar; se trata de buscar ayuda, reconocer las marcas, y preferir aquellas que nos ayudan a seguir adelante.
Esta historia es el gran marco en el que se articulan todos los componentes del proyecto “Así es la vuelta”, destacándose particularmente la serie live action de 13 capítulos, la serie de animación que pretende ser una revisión y reflexión más completa sobre cada una de las violencias y las experiencias que Junior y Soledad descubren a lo largo de su camino, la serie de podcast que ahonda temáticamente en los diferentes tipos de violencias y las intervenciones de la realidad que invitan al público a visitar, en la vida real, los lugares por donde pasaron Soledad y Junior.
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