Tomás Tello
12 Mar 2020 2:17 PM
Tal vez, los entierros más suntuosos y famosos de la historia son las momificaciones egipcias (y si quieres saber qué comparten estas con un pequeño pueblo en Cundinamarca, te invitamos a no perderte el estreno de la nueva temporada de Somos Región), pero no son las únicas. Incluso en la actualidad, las formas en las que los humanos honramos a nuestros muertos son tan variadas como culturas hay.
¿Qué hay después de la muerte? ¿Es el fin de todo o hay algo más después de nuestro paso por este mundo? Estas son unas de las preguntas existenciales por excelencia y que ha acompañado a la humanidad incluso miles de años antes de la historia registrada, durante el paleolítico medio, cuando los primeros hombres convivían aún con el Hombre de Neardenthal.
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Sabemos que tenían algunas concepciones de la muerte porque hay registros arqueológicos de entierros humanos intencionales desde hace aproximadamente 100.000 años A.C. en la Cueva Qafzeh, en el Monte del Precipicio en Israel. Aunque hay dudas sobre la secularidad de estos entierros, con el paso del tiempo y la refinación de la civilización humana, los rituales funerarios se volvieron una de las pistas más evidentes de creencias metafísicas.
Actualmente y en buen parte de América, el ritual más famoso es la misa católica y el entierro, pero esto dista mucho de otras prácticas que, aún, se mantienen en otras partes del mundo. A continuación, te mostramos cinco de estas practicas.
La comunidad Toraja, en Indonesia
Acá, los muertos no están muertos sino hasta su entierro. Lo cual no sería tan peculiar si los entierros no ocurrieran meses, e incluso años, después de que la persona falleció. Mientras esperan esto, los familiares conviven con el cadáver y lo tratan como un enfermo, al que le llevan comida, agua y otros gusticos que la persona tuvo en vida.
Cuando el ataúd está terminado, los familiares visten al cadáver con su ropa y lo entierran en roca sólida. Allí, una estatua tallada en madera del difunto es puesta a la vista de todos, como símbolo vigilante y protector de los familiares que quedan en este mundo.
Famadihana, en Madagascar
Cada cinco o siete años, la comunidad malagasi, en Madagascar, desentierra a sus ancestros, reemplazan las telas con las que estaba envuelto por unas nuevas y, luego de un tiempo de reflexión, se disponen a bailar y celebrar con sus muertos al hombro.
La ceremonia dura todo el día y los familiares puede recorrer cientos de kilómetros para asistir y ayudar con la descomposición de sus familiares, pues los malagasi creen que una segunda vida los espera cuando esto ocurra. Para esta comunidad, los muertos son un puente entre los vivos y Dios, por eso creen que pueden intervenir en eventos futuros, como le explicó un local a la CNN.
Funeral jazz, New Orleans
En estas ceremonias hay tristeza, pero acompañada con música. La tradición de acompañar el funeral de las personas con música jazz es muy reciente. Esta tiene su origen a finales del siglo XIX, como una clara mezcla de las ceremonias católicas con raíces africanas y con el propósito de celebrar a los muertos para complacer a los espíritus que los acompañan.
La procesión es acompañada, usualmente, una banda de instrumentos de viento que toca himnos como “Nearer My God to Thee”, a la que se puede sumar un músico local que toca música por respecto a la memoria del fallecido. También ocurre que la música atrae a curiosos, denominados como “segunda línea” (en concordancia con los orígenes también militares de la tradición) quienes acompañan la ceremonia con bailes.
Muertos de perlas, Sur Corea
La tradición confucionista del país, sugiere que los muertos deben ser enterrados y visitados con regularidad. Y así funcionó durante 2.400 años, hasta el año 2.000 d.C., cuando se promulgó una ley que obliga a sus ciudadanos a desocupar las tumbas luego de 60 años. ¿Por qué? Porque por la alta densidad poblacional y el poco espacio que tienen, el país asiático se estaba quedando sin espacio dónde poner a sus muertos.
Así, el país asumió una nueva práctica: aumento de las cremaciones para ahorrar espacio, las cenizas ahora están siendo transformadas en pequeñas perlas de colores que los familiares guardan en pequeños frascos en su casa. El cambio fue tan drástico, que los entierros pasaron de 6 en cada 10 antes del 2.000 a 3 en cada 10, una década después de la ley, según informó la revista The Week.
Entierro celestial, Mongolia y el Tibet
En estas regiones, de fuerte tradición budista, se cree que el alma se separa del cuerpo cuando este muere. Como algunos de los pilares básicos del budismo son la bondad y la generosidad (incluso con otros animales), los cuerpos de sus muertos son cortados en piezas y ubicados en las cimas de montañas, a la espera de los buitres y los elementos.
De hecho, usualmente esto se hace con un especialista en estos entierros, quien descuartiza al cadáver frente a estas aves de rapiña. Luego de esto, se suele macerar el esqueleto con manteca de yak y harina de cebada en una bebida que le ofrecen a otras aves, como los halcones.
Prepárate para la nueva temporada de Somos Región en nuestras pantallas desde el próximo domingo 15 de marzo a las 6:00pm.